sábado, marzo 29, 2008

Presentación: "Hotel Quequén II. Narrativa"

sigamos enamoradas
invita
a la presentación de su nuevo libro:

Hotel Quequén II. Narrativa.

Cuentos de Luis Gusmán, Hebe Uhart, Carlos Bernatek, Susana Cella, Fernando Callero, Enrique Butti, y Marina Serrano.
Editado por Cecilia Romana.
Sábado, 19 de abril de 2008. Villate 1409. Olivos.

[Hotel Quequén II se encuentra disponible en librerías Fedro, Norte y cualquier Cúspide]

37 comentarios:

Anónimo dijo...

Al pie de la fotografía de la simpática y bella Cecilia Romana se lee un epígrafe que dice: "Hotel Quequén II se encuentra disponible en librerías Fedro, Norte y cualquier Cúspide".

Esto de que se encuentra disponible en cualquier cúspide me genera una serie de razonables preguntas para verificar si es cierto que se encuentra en cualquier cúspide.

Si el libro se encuentra disponible en cualquier cúspide, ¿también se encuentra en la cúspide del obelisco? ¿En la terraza del Empire State Building? ¿En la punta de la Tour Eiffel? ¿En las Torres Petronas de Kuala Lumpur? ¿O en la cúspide del Aconcagua? ¿En la Cumbrecita? ¿En la cúspide del Monte Tupungato? ¿En la cúspide de la pirámide de Keops? ¿Y en la cúspide del Himalaya? ¿Y en el Tibet que es el "Techo del Mundo"? ¿Y en Argentina que es el "Culo del Mundo"?

Si puede encontrarse en cualquier cúspide, ¿significa esto que este libro se fue para arriba? ¿Cómo llegó allí? ¿Por un impulso efervescente tipo corcho de champagne navideño? ¿Por el empuje del peróxido de hidrógeno que lanza a los cohetes hasta el espacio exterior? ¿Lo pusieron alto para que nadie lo alcance? ¿Es un típico libro pensado para intelectuales en Torre de Marfil?

Anónimo dijo...

¿alguien tiene un comentario más boludo?

Ojo de Lince sos un campeón!

Anónimo dijo...

Boludeces

Ex Jurado de Oscars. ¿Y en casa como andamos? Un comentario poco inteligente y exento de humor sobre un comentario supuestamente boludo te hace merecedor de ese premio. Tú mismo has aportado un comentario más boludo que el mismo, podría pensar algún otro.

Pero no soy ingrato. Agradezco tu distinción, pero mi humildad me impide aceptar un premio que merecidamente pueden recibir muchos otros comentaristas en este mismo blog, entre ellos, tú mismo/a.

Y si de escribir "boludeces" se trata aquí mismo hay muchos textos pretendidamente poéticos o narrativos que se llevan gloriosamente esta palma. Aldazabal, Soifer y algunos otros pueden ir subiéndose al podio y destapar una enorme botella de champagne.

Por otra parte, Ex Jurado de Oscars, si te has dignado a responder a estas boludeces, ¿no será que en el fondo lo semejante atrae a lo semejante y mis boludeces incita a decir tus propias boludeces? Podría ser.

La actitud de hacer recaer sobre mi comentario el anatema de "decir boludeces" se asocia con una perversión nada inocente del discurso político e ideológico más reaccionario e intolerante que no soporta la libertad de otros de expresar lo que se le venga en ganas, aunque las cosas se digan con cierto oportunismo humorístico.

En todo caso, mis comentarios que a ti se te antoja calificarlos de "boludeces" apuntan a señalar con ironía otros "desatinos" que no me compete a mi calificarlas de "boludeces". ¿Se comprende?

Aunque decir boludeces no transforma a quien las profiere en un boludo salvo que, parafraseando a Wilde, esas boludeces "se digan con énfasis", sospecho que, a juzgar por tu reacción, en el fondo se trata de "boludeces" que hacen mella sobre ciertas sensibilidades exasperadas.

Descalificaciones tan intolerantes como la tuya vuelven a traer a mi memoria ese olor a azufre de ciertas construcciones ideológicas de la derecha argentina (cuando no el olor a pedo de borracho de otras construcciones especiosas de cierta izquierda vernácula que es tan reaccionaria como el fascismo).

En efecto, denostar las opiniones de otros, calificándolas de "idioteces", "zonceras", "boludeces", es un subgénero del ensayo político que aquilata una poco venerable tradición en nuestro país y en Latinoamerica.

Una tradición ensayística latinoamericana iniciada por Don Arturo Jauretche (autor que respeto y admiro, aclaro por las dudas, el llamarlo "Don" es indicio de mi simpatía y afecto) que ha dado forma a un "manual de zonceras".

Esa tradición fue continuada por el retorcido Alvaro Vargas Llosa (tan reaccionario como su papá Mario, a quien admiro como escritor, pero no respeto en lo más mínimo como intelectual) en otro manual, el del "perfecto idiota latinoamericano", que califica de idioteces lo exactamente opuesto a algunas de las zonceras de Don Arturo Jauretche.

Hace relativamente poco, un autor menor y olvidable, Mario Kotzer, publicó "El pelotudo argentino Manual para identificacion y uso" que agrega un grado más de virulencia a la defenestración de las ideas ajenas.

Creo que el salto de "zoncera" a "perfecta imbecilidad" es equivalente al que va de ese concepto al de "boludez" o "pelotudez", que ya implica una alusión figuradamente corporal al margen del supuesto déficit puramente intelectual que se atribuye a los adversarios.

Si bien suscribo el carácter de zonceras de la mayoría de los lugares comunes que Don Arturo Jauretche postula como tales (cosas del tipo "en este país no trabaja el que no quiere", verbigracia), el pensamiento de este autor nacional no está exento de otras "zonceras" contra las que debiéramos precavernos como, por ejemplo, la reivindicación de las hipótesis de conflicto de la Argentina con países hermanos como Chile y Brasil, el reconocimiento a Roca por la "conquista del desierto", la justificación del asilo a los criminales nazis y otros comentarios a los cuales podríamos aplicar el anatema de "zoncera" que Don Arturo cuelga generosamente a otros e igualmente podrían hallarse en Alvaro Vargas Llosa y Mario Kotzer comentarios propios de estos autores que pueden encuadrarse, sin problemas, en el marco del "perfecto idiota latinoamericano" o el "pelotudo argentino".

Mario Vargas Llosa, declarado hace poco ciudadano ilustre de Buenos Aires por un ciudadano poco ilustre (lo que demuestra el relativo o nulo valor de ciertas distinciones), Mauricio Macri, es la encarnación misma del "perfecto idiota latinoamericano", pero como la proximidad del bosque no deja ver el árbol, su hijo Alvaro no lo incluye en su manual.

En fin, Ex Jurado de Oscars (ya la simple elección de este nick me deja entrever que no eres muy brillante ni tan ocurrente o despierto, como pretendes), yo no diré que tus comentarios son boludeces, sino que es un breve comentario lleno de chispeante inteligencia y avispada sensibilidad.

Por mi lado, no me permitiré llamar a tu comentario, con total ligereza, "boludo", "zonzo" o "idiota", sino que te diré que tu comentario es a todas luces
"inteligente", "ingenioso", "astuto", "sagaz", "perpicaz", "agudo", por que no puedo responder a la falsedad de tus descalificaciones nada más que con calificaciones igualmente falsas.

Anónimo dijo...

Ché, te superaste: lograste que tu respuesta al de los Oscars resulte aún más boludo que tu comentario inicial. Kip it goin!!!

Anónimo dijo...

Anónimo dicen que la práctica hace al maestro y mi "habilidad" viene de tanto responder o señalar ciertas "boludeces" que otros aportan en un volumen más que generoso.

A propósito, anónimo, no seas tan modesto que tú también eres un activo contribuyente a la boludez, ya que no has dicho nada que merezca calificarse de inteligente ni tampoco exhibes un brillo intelectual que pueda deslumbrar a nadie ni opacar a quien pretendes denostar.

Tu lenguaje, bastante limitado (quizás lo confundas con la concisión), no es más rico que el de cualquier ave parlanchina doméstica a la que solo se le enseñan "malas palabras" (es discutible este concepto) o "indecencias".

Digo limitado porque, al igual que el "ex jurado de oscars" (observemos de pasada que este nick es lo bastante boludo como para hacerse acreedor del premio a la mayor boludez), empleas la palabra "boludo" como si fuera ofensiva por sí misma.

Hoy día es común en el lenguaje coloquial oír que los jóvenes amigos se traten de "boludos" unos a otros sin que eso implique una ofensa o un insulto.

Es curioso que mis detractores muchos tengan los genitales masculinos o bolas siempre en la boca, entrando y saliendo de su cavidad bucal, deslizándose por su lengua, hay seguramente cierto placer homosexual en estar siempre con el aumentativo de las bolas a flor de labios, pero no me meto con las elecciones o preferencias sexuales ajenas.

Son, como dicen los venezolanos y ecuatorianos, unos "mamagüevos" expresión que, inglés, equivale a "dicksucker".

La ofensa, el insulto, es altamente moldeable. Una misma expresión insultante, ofensiva, tiene “niveles”, como lo demostró magistralmente Cyrano de Bergerac. Y el nivel expresado está en función del ingenio del provocador.

Por supuesto, quien escribe lo que ustedes juzgan e boludez es consciente de que esos comentarios son provocaciones tendientes a mostrar los yerros ajenos, por tanto, ese insulto no me hace mella, simple y sencillamente porque no he pretendido escribir algo serio, sino disparatado.

A mi me pareció tentadora la posibilidad de hacerle una "tomada de pelo", a través del disparate, a quien escribió el epígrafe a la foto de Cecilia Romana.

Dice: "Hotel Quequén II se encuentra disponible en librerías Fedro, Norte y cualquier Cúspide". Elide mal la palabra "librerías", seguramente con la intención de evitar la reiteración de algo que ya estaba presente en el texto.

La elipsis es un recurso válido y legítimo para economizar lenguaje. Desde luego, se logra una deseable brevedad si no se dice todo. Un lector activo se da por entendido y no hace falta hacer mayores aclaraciones.

En todo caso, la palabra elidida no necesita ser explícita porque, en efecto, la elipsis permite inferir la razón de ser del término o texto elidido sin necesidad de expresarlo.

Sin embargo, hacer uso de la elipsis requiere también un golpe de ingenio, al igual que para detectar el mal uso de esta figura en una oración. ¿Qué ocurre cuando un término o un texto está mal elidido? Pues, como en este caso, da lugar a la sorna y la tomadura de pelo.

La redactora del epígrade debió haber dicho, más acertadamente, que "Hotel Quequén II se encuentra disponible en librerías Fedro, Norte y [cualesquiera de las sucursales de] Cúspide". Sabemos que "Cúspide" es la razón social de una librería que tiene varias sucursales o locales, por lo mismo, decir que el libro se encuentra disponible "en cualquier cúspide" hace que la frase quede incompleta o incorrectamente construida.

¿Ves bien "ex jurado (debiste decir "ex juez" ya que el jurado es un conjunto de juzgadores o personas que juzgan, ¿te queda claro tontín?) y también tú, anónimo, que lejos de estar diciendo "boludeces" en el fondo estoy planteando un problema respecto al mal uso de las figuras de dicción o de lenguaje?

Se ve bien que no les da el cacumen, pobrecitos, ya que la única neurona que tienen solo hace sinapsis con la lengua para abrir la boca y decir (o escribir) "boludo".

Ustedes si son "idiotas", vale decir, según su etimología, "simplones". También mentecatos, vale decir, mentes que captan debilmente el sentido de ciertas expresiones. Y si la discusión de problemas atinentes al lenguaje les parece una boludez, entonces, señores, ustedes son aficionados a la literatura, lectores de fin de semana, porque ni loco creo que sean escritores.

Qué alguien se tome algo escrito en joda, como algo escrito en serio, tanto como para disgustarse o reaccionar de la manera en que tú, anónimo (y tú "ex jurado de los oscars" -deberías haber dicho de los premios Oscar-, que sospecho que ambos son la misma persona), has reaccionado, solo deja en evidencia tu propia e irremediable "boludez".

Reacciones tan estúpidas como la de ustedes dos me hacen pensar, muy seriamente, colocar en mis comentarios una advertencia para lectores mentecatos o simplones, tan ineptos como son para darse cuenta de que mis comentarios contienen ironía, recurso estilístico que consiste en hacer pasar como reales situaciones más o menos disparatadas, o giros metafóricos para describir mediante analogías literarias imaginativas dotadas de cierta plasticidad y grafismo situaciones de la vida real.

Esta advertencia debiera hacerla a raíz de la constatación de la presencia cada vez más frecuente de un tipo de lector ígnaro que, además de no saber disinguir entre una broma y algo dicho en serio, interpreta literalmente cualquier cosa escrita. Hasta la próxima tontuelitos del culo.

Anónimo dijo...

a ver si alguien auspicia a este señor que le gusta tanto hablar y le ponen un programa de cable, porque francamente es in-so-por-ta-ble.

Anónimo dijo...

ahora va a decir que le gusta escribir y no hablar. lo único que quería decir es que me alegro por el Hotel Quequén II. las felicito!

Diego B dijo...

Por qué te fuiste?

Anónimo dijo...

Ojo de Lince, me cago sobre las normas ortográficas, yo escribo como hablo y se van al carajo, a los que les guste bien y a los que no también. Yo soy espontáneo, no voy a estar fijándome a cada rato en un diccionario para ver si escribí bien o mal una palabra. Quién habla siguiendo todas las normas idiomáticas? Nadie!!!! Si escribís un libro usando ese lenguaje culto que pedís no te leen ni los perros. Leer un libro escrito en un lenguaje que no sea el que uso todos los días es un plomo insoportable, como tus comentarios. Estoy de acuerdo con anónimo que alguien le busque un auspiciante para que se vaya a joder a otro lado con ese "verso" de escribir según lo dictan las autoridades académicas. Por eso prefiero hacer talleres con escritores que te enseñen lo que realmente te sirve y no seguir los aburridos cursos de la carrera de letras. La universidad forma profesores, no escritores. Ojo de Lince debe ser uno de esos aburridos profesorones universitarios que no sirven para otra cosa que para hacerte odiar la literatura. También las felicito por Quequén II.

Anónimo dijo...

ESO: ¡POR QUÉ TE FUISTE!
ESA CARITA LA EXTRAÑO TANTO

Anónimo dijo...

ay dios mío, por qué escriben tan largo
este blog se ha puesto aburrido

Anónimo dijo...

Diego B. o W., parecés el otario del tango, andás penando sin un motivo mayor. Cecilia Romana se fué con Carlitos Bernatek a Santa Fe para hacer su vida, macho, no es la paica que te traicionó y se fugó de tu bulín. Y si tanto la extrañas componele un tango y acabá con tus lamentos, bolú.

Anónimo dijo...

Conan el bárbaro, lo tuyo superó lo escrito por Ojo de Lince. Hermano, lo que escribiste no es boludo, sino francamente pelotudo. Si no te importan las normas ortográficas ni las reglas gramaticales vas a escribir para el ORTO, estás avisado.

Anónimo dijo...

Así que no le gustan los textos largos, vecina, ¿cómo le gustan? ¿cortos y juguetones? Yo tengo un texto corto y juguetón que puedo compartirlo con usted, cuando quiera se lo leo.

Anónimo dijo...

este ojodelince...siempre haciendo amigos

Anónimo dijo...

Parece que Ojo de Lince leyó el libro de Dale Carnegie "Cómo ganar amigos e influir en las personas", sobre todo su regla primera:

"No critique, no condene ni se queje. La crítica es inútil porque pone a la otra persona en la defensiva, y por lo común hace que trate de justificarse, tratando además de censurar a su oponente. La crítica es peligrosa, porque lastima el orgullo y despierta su resentimiento."

Esta es la clave de su éxito para ganar amigos.

Anónimo dijo...

lindísima

Anónimo dijo...

¿quién?

Anónimo dijo...

la única

ella

Anónimo dijo...

¡Qué pregunta Gata de Madera! ¡Cecilia Romana! ¿No te das cuenta que el gato solitario que llora y se lamenta tanto es el que escribe como anónimo, Diego B., Diego W., o sea Diego Bentivegna, mejor conocido como Calamardo en el fondo de Bikini?

Bueno, Diego B., te dejo este bolero para que te consueles y lo silbes con tus labios alargados de camello:

Dedicado a Cecilia Romana
Por Diego B. (alias el gato plañidero)

ALGO CONTIGO
Letra y música: Chico Novarro

Hace falta que te diga
que me muero por tener
algo contigo.
Es que no te has dado cuenta
de lo mucho que me cuesta
ser tu amigo.
Ya no puedo acercarme a tu boca
sin desearla de una manera loca,
necesito controlar tu vida,
saber quien te besa
y quien te abriga.

Hace falta que te diga
que me muero por tener
algo contigo.
Es que no te has dado cuenta
de lo mucho que me cuesta
ser tu amigo.
Ya no puedo continuar espiando,
día y noche tu llegar adivinando,
ya no se con que inocente excusa
pasar por tu casa,
ya me quedan muy pocos caminos
y aunque pueda parecerte
un desatino,
no quisiera yo morirme sin tener
algo contigo.

Anónimo dijo...

no entiendo nada
....por algo soy de madera!
je

Anónimo dijo...

Gata de madera, hace mucho que ando buscando novia y no encuentro, ¿no querés ser mi novia? Te prometo que siempre vamos a estar al palo

Anónimo dijo...

qué guarango
pensé que éramos amigos

Anónimo dijo...

Vamos a estar al palo porque los dos somos de madera. ¿Qué entendiste gata mal pensada?

Anónimo dijo...

Ojito..

Honestamente, mucho tiempo debería tener disponible para leer tu "salchicha criolla" completa. Y no lo tengo, así que me limito a mirar como con cariño sus sinuosos bordes, y a imaginar un contenido aún mas sinuoso. Usté contesta todo, dice todo, corrije todo, observa todo, desmenuza todo. Es admirable, pero no envidiable. Me canso de solo mirarlo de lejos.

En cuanto a responder, mire, estas diez líneas bastaron para agotarme.

L.V.

Anónimo dijo...

Pero me tenté, Ojito, y la sigo un poquito más.

Ché, todo el mundo entendió lo que quisiste decir y hacer con el chiste de "cúspide"; la aclaración de lo que está claro está en la "cúspide" de las boludeces, tu especialidad. ¿Quisiste ser disparatado? ¡La pucha, nadie se percató! Pero el tema es que el comentario resultó boludo (el sentido de la palabra se deriva del contexto ¿No? usté decida.) y no disparatado. Porque hasta el disparate requiere de cierto talento. Quevacé.

L.V.

Anónimo dijo...

cheee
no le peguen tanto
que con ojo de lince nos divertimos tod@s.
mirá si se ofende y no escribe más

Anónimo dijo...

L. V.

No te trataré con cariño. No estoy seguro de lo que eres, si hombre o mujer, y no quiero equivocarme. Presumo que eres un tipo, por eso me permitiré tratarte con cierta crudeza.

Nada ni nadie te obligan a leer mis comentarios, puedes salteartelos tranquilamente y leer aquello que te resulte grato o placentero. No me quita el hambre ni el sueño enterarme de que no puedes leerme ni de lejos, que te aburres, pues no es mi propósito entretenerte a ti.

Tus opiniones me importan un bledo, tanto como a ti las mías, de modo que para que vamos a perder el tiempo (que tú no tienes y piensas que a mi me sobra)discutiendo "boludeces", sean tuyas o mías.

En cuanto a que la boludez es mi especialidad, bueno, por lo menos soy apto para algo, en cuanto a tu especialidad es un enigma porque no exhibes nada que pueda sobresalir, en sentido positivo o negativo. Es una forma de decir que eres un/a perfecto/a inservible.

Hasta la mierda sirve de abono o de alimento para moscas, tú ni siquiera para eso. Eres un volátil y difuso ente telemático que interfiere en una línea telefónica que escucho solo como una descarga histérica y al que respondo como un medium a los golpes de un espíritu chocarrero (poltergeist), vale decir, a algo que cree existir, pero que no existe.

Por otra parte, ya que te encanta mensurar el grado de boludez ajena, creo que nadie, hasta donde sé, tiene un "boludómetro" para medir o sopesar la boludez ajena. ¿Usas tus propias manos o tu boca para medirla? ¿Eres un/a mamagüevos?

Consideramos boludez lo que no encaja con nuestro modo de pensar o con nuestra manera de sentir o percibir las cosas.

A mi me pasa otro tanto, muchas cosas que aquí se escriben se me antojan "boludeces" pero, de puro compasivo que soy, prefiero usar eufemismos y denominarlas de una manera menos genital.

En cambio a ti te encanta usar algunas expresiones que connotan un sentido fálico, p. e., "salchicha criolla", "mirar como con cariño sus sinuosos bordes, y a imaginar un contenido aún mas sinuoso" (¿tendrás en mente alguna gran banana pajero/a mental?), lo que me permite inferir que bien eres el o la que antes firmaba como Lucrecia, la fea pajera e incontinente, que debe ser el nick de algún trolo o trava o alguna lesbiana de piernas y sobacos pilosos (axilas tienen las mujeres).

Tu constante referencia a los genitales demuestran la terrible sequía que hay en tu vida sexual, por eso descargas tu histeria como si responderme fuera un orgasmo.

Niegas talento en mi, me resbala, tu opinión no la tengo en cuenta, no te considero a ti el/la mejor crítico/a ni tampoco ninguna autoridad en la materia que me incumbe, por tanto, tus opiniones me tienen sin cuidado.

Pero si tienes algún talento, lo disimulas y ocultas bastante bien, hasta el punto de convencerme que no tienes ninguno y que estoy ante un/a colosal chambón/a (y la terminación "a" que transforma los nombres masculinos en femenino lo uso para denotar tu dualismo machorro, no para resaltar tu feminidad).

Nunca insultaría a una mujer, pero hago excepciones con maricas y lesbianas. Y si piensas que mi repertorio de insultos se acaba aquí, no es así, te puedo insultar en varios idiomas y, aun en castellano, de mil maneras, solo que ambos terminaríamos siendo suprimidos o censurados.

Anónimo dijo...

Veo que me equivoqué, el lince no achica, sacó sus garras y fileteó a L. V. como a una merluza

Anónimo dijo...

Alegria por la novedad. En Guadalquivir no tendrán ese libro?

Anónimo dijo...

se nota que se quedó re caliente, lo hirieron, che, y mostró la hilacha. Sólo con unas disculpas bastaba, Ojito!

Anónimo dijo...

¿Se enojó, Ojitos de Lince? Venga, no sea rencoroso y deme un abrazo.

Pero si a mi me encanta lo que dice ¿No ve que hablo de pura envidia? Lo pincho un poquito porque así, ofendido, es como le salen las cosas mas geniales; su verborrea florece, se expande, se multiplica, llena la tierra. Nos ha enseñado tanto a todos que sólo mentecatos perdularios podrían sentirse molestos. ¿Qué no me interesa lo que dice? Pero si yo lo leo y releo, tengo sus comentarios completos en formato PDF y se los emaileo a todos mis contactos.

Lo que me molesta un poco es que hable de "tú", pero bueno, cada uno con su estilo.

Por lo demás, siga con lo suyo que lo hace requeterrecontrabién, se lo juro.

Suyo siempre

L.V.

Anónimo dijo...

ojo
que aca la única gata soy yo

te banco ojo de lince
los felinos somos así

Anónimo dijo...

L. V.

No soy chaqueño de nacimiento, sino por adopción. Soy correntino de nacimiento. Nunca escribo como hablo, si estuviéramos hablando te diría "ché vos", como decimos aquí, cuando llamamos a alguien, o qué decis chamigo, etc. Si te hubieras molestado en leer lo que digo sobre quienes "escriben como hablan" lo entenderías.

No usamos el tú ni en pedo, eso es cierto, como creo que ocurre en la mayor parte del territorio argentino. Pero, te moleste o no, me tiene sin cuidado, nunca uso el "che" ni el "che vos" en el lenguaje escrito. Gustos son gustos. Y sobre gustos, ya sabes, no hay nada escrito.

Cuando me relaciono con mis pares o colegas rara vez utilizo el "che vos", ni el "che" ni el "tú", sino el "usted", reservo el "che" para un uso confidencial entre mis amigos y el "che vos" en el habla coloquial entre la gente que no conozco.

De manera que no es una fineza ni una excentricidad, simplemente, un gusto personal utilizar el "tú" en mis escritos. A Veiravé no le trataba de "Che vos" sino que le decía "Che maestro" y seguía usando el usted, de modo reverencial (y eso es porque no tenía con él una amistad íntima), pero, es verdad, no usamos el tuteo, sino el voseo.

Por lo demás, me conoces mal, muy mal, no estoy enojado, puedo putearte de arriba abajo sin que se me mueva un pelo, si eres hombre; si eres mujer, aunque conmigo seas la zafada más grande de la tierra, me la aguanto, pero si te insulto, L. V., es porque estaba convencidísimo de que eras un tipo, no una mujer. Que eres un tipo me lo confirmas en tu saludo final cuando dices: "suyo siempre".

Me figuro quien podés ser, te quedó la sangre en el ojo desde hace tiempo, pero puedo equivocarme.

A los machos no los abrazo ni les doy un beso ni mamado. Puedo abrazar a un hermano, a mi viejo, a un amigo de toda la vida, pero a un desconocido no lo abrazo ni por joda. Siga el corso, y apretá el pomo cuando grite. ¡Carnaval!

Anónimo dijo...

Bueno, mi vida, macho-macho, lo que se dice remacho...no soy: tampoco hay que llegar a extremos, ché(siempre son malos decía una tía mía). Me mantengo en uno de esos territorios crepusculares donde todo es posible (aquello de los gatos pardos). Pero ansina es nomaj que usté había sido un homofobo, entre otras virtudes que lo honran, lo que me hace redoblar mi encomio, beneplácito, laudates, genuflexiones.

Sobre conocerme o no conocerme, no se me haga problema: internet fue inventada para que nadie sea lo que parezca, y nadie parezca lo que es.

Con decirle que estoy dudando si usted no es yo, y eso me da mucho miedo.

Anónimo dijo...

Era yo, era yo.

L.V.

Anónimo dijo...

A L. V.

Como dijo Voltaire, a confesión de parte, relevo de pruebas. Se agradece que hayas establecido bien en qué extremo estamos cada uno porque así evitamos confusiones.

No es que me interese saber cuáles son tus preferencias sexuales ya que, sean cuales fueren, son elecciones que a mi no me conciernen.

¿Homófobo? Te aseguro que no. Tampoco homófilo. Las fobias siempre ocultan dependencias de ciertos temores y generan una ansiedad similar a las atracciones.

Como dice un amigo mío, la homosexualidad algo tendrá que el que se va nunca retorna, pero sea cual fuere el atractivo que para una determinada persona pudiera tener esa inclinación hacia alguien del mismo sexo, lo cierto que a mi nunca me despertó curiosidad.

Y no me siento un minusválido por no experimentar ese tipo de atracción ya que, en sentido contrario, me siento poderosamente atraído hacia las mujeres, que voy a hacerle, me gustan mucho las mujeres y no me hago drama en averiguar por qué, me gustan y listo.

He conocido y conozco grandes escritores y poetas homosexuales y las considero estupendas personas, entre ellos, y lo menciono porque ha fallecido (y lamenté mucho su fallecimiento), Néstor Perlongher. Alguien sumamente inteligente y encantador como ser humano.

Declararme homófobo sería un grave defecto en alguien que se considera humanista. Y la verdad es que hay poetas homosexuales que me parecen brillantes. Admiro a Rimbaud, Verlaine, Kavafis (entre otros que por estar vivos no los nombro), si fuera homófobo ni los leería.

La homofobia, como cualquier fobia, tiene un importante componente de irracionalidad, se reacciona contra algo por temor, como el perro rabioso que teme acercarse al agua. Nadie elige ser cómo es, ir contra natura es un camino válido para quienes hayan sido llamados, pero a mi no me llamó ni me llama.

Uso el término maricón y todas su variantes como insulto, sin implicar de hecho que quien insulto realmente sea lo que le atribuyo. Es normal que se use el término "maricón" como descalificación e insulto.

Aquí mismo en este blog puedes encontrar varios ejemplos de lo que digo. Aludir a una supuesta homosexualidad en alguien, como denuesto o insulto, puede que, en el fondo, exprese una mentalidad homofóbica culturalmente instalada, por tanto, inconsciente, si es así, no soy más ni menos homofóbico que cualquiera que escriba aquí.

Me siento moralmente obligado a aclarar esto [no por ti, sino por quien pudiera interpretar lo que tú], porque me tildas de "homófobo" y, por respeto a aquellos poetas o escritores que tienen esta preferencia, no puedo aceptarlo.

No me baño con agua bendita (detesto a los santurrones) si un homosexual me da la mano o si tengo que compartir un aula o una comida con él, no tengo esos rayes, pero es cierto que, cuando de insultar se trata, puedo decirle a quien quiero molestar que es maricón, lesbiana, etc.

Pero uso el insulto como acto o hecho verbal, nunca como descarga de mis propias tirrias ni expresión de prejuicios sexuales o sociales.

Ya que ayer te permitiste decirme lo que te molestaba de mi, con disimulado ánimo de averiguación, me permito ahora decirte lo que me molesta de ti.

No son tus insultos o ironías, sino ese tufillo a "service" que percibo en tus insinuaciones o sugestiones, como eso de pretender probar mi "chaqueñidad" (mediante un ingenuo recurso consistente en señalar que en el Chaco no se usa el tú y es cierto) o tirarme esta acusación de "homófobo".

Y no digas que deliro o que un escritor no puede estar vinculado a alguna agencia de inteligencia ya que conozco varios casos, el más público, el de Verbitsky, por lo mismo, dado que dudas respecto a si tú eres yo y viceversa (tenemos en claro que cada uno es el que es), también me haces dudar a mi, y, me pregunto, si tú y quien firma como "Alfredo de Angelis" (que imita muy bien mis formatos) no son el mismo, ya que, en ambos, percibo cierto tufillo a service o a Sérpico.

Quizás sea una exasperada sensibilidad, huellas mnemónicas de lo visto, oído y vivido en otras épocas y que seguramente ha configurado mi patrón homeostático interno, pero nunca está de más estar precavido.

Por lo demás, albricias, estos de acuerdo totalmente contigo cuando dices que "internet fue inventada para que nadie sea lo que parezca, y nadie parezca lo que es."

Exacto, todo es un juego de relaciones ficticias que nunca o rara vez se concretan en verdaderas amistades ya que en todo esto predomina la impostura.