viernes, enero 30, 2009

martes, enero 27, 2009

Mercedes Araujo y Andi Nachon

No Hay Ciudad Sin Poesía



Poesía y Música
En los jardines de los museos de la ciudad se propone la oralidad de los nuevos poetas y su encuentro con la música en un ambiente natural. 6 funciones.



Música: SERGIO BULGAKOV
Poetas: MERCEDES ARAUJO - ANDI NACHÓN

Jueves 29 de enero 19.30 h
Museo José Hernández Av. del Libertador 2373
http://www.festivales.gob.ar/


Clasificados sigamos enamoradas: Vendo Notebook marca Pinamar.Capacidad 12 alfajores.Incluye mouse de frutas. ¡obvio!en la foto no se ve pero tiene instalado el outlook.

NotebookG. Cecilia Pallarés

lunes, enero 26, 2009

Konrad Lorenz. La enemistad entre generaciones

"El sentido común es lo que los hombres desean esquivar más apasionadamente."

"Ninguna de nuestras lenguas occidentales posee un verbo para el nacimiento de algo enteramente nuevo."

"No hay gozo, por grande que sea, que no se vuelva rancio como consecuencia de la repetición constante. El hombre no comprende,…, que a los niveles más altos de felicidad accesibles para él solamente se puede llegar explorando el fenómeno del contraste."

"La función de toda doctrina consiste en explicarlo todo" -Wylie P. "El adoctrinamiento es, a mi modo de ver, el peor de todos los vicios mortales de la humanidad."

"El odio es la emoción más absolutamente embrutecedora de todas, ya que imposibilita toda comunicación, toda aceptación de la clase de información que podría tender a reducirlo. Por esto el odio es ciego, y por esto es tan peligrosamente propenso a la escalada."

"La tradición es a una cultura lo que el genoma es a una especie."

sábado, enero 24, 2009

Simposio anual de la Fundación Luis Chiozza

39º Simposio anual de la Fundación Luis Chiozza. 23 y 24 de enero de 2009.

No me quedan sino palabras de agradecimiento para todos los miembros de la fundación.
Dos días de fiesta intelectual.

"Nuestro destino es la acumulación de días, mayormente equivocados..." dijo Chiozza como al pasar. Esas, y el resto de sus palabras, justifican una gran parte mi vida: esos otros días.

viernes, enero 23, 2009

Mi maestro de piano


Puedo redondear, después de todo es un acto trivial, cotidiano, casi intrascendente. Puedo decir que hace 20 años miré a los ojos, por primera vez, al hombre que me enseñó a tocar el piano. No fue ni es un asunto de importancia menor en mi vida: fracasé regularmente los 10 años que lo antecedieron, y regularmente he vuelvo a fracasar los casi 20 que siguieron. En un colectivo de asientos comunes -no hace tanto que existen los dormibus y los coche-cama- viajé 9 horas desde Bahía Blanca a Capital Federal. Lo tengo que ver –dije- y no había lugar en mí para identificaciones masivas. El recital estaba por comenzar, me quedé en la puerta del recién inaugurado Hyatt porque él aún estaba ahí, lo intuía. Casi todos se fueron, quedamos 10 o 15 personas –más o menos, digo, redondeando-. Caminó delante de mí, apoyó su mano derecha en el techo del auto, y yo, quieta del otro lado no entendía si era o no. Dos filas de gigantes lo cercaron pero no cubrieron el techo – él era bajito, en ese momento me di cuenta – yo seguía quieta del otro lado, había elegido un buen lugar sin premeditarlo (siempre me consideré una mujer afortunada). Apoyó una de sus manos en el techo, la derecha creo, y yo seguí quieta del otro lado, los demás no lo veían –ni lo vieron- y él no los vio, quizás pudo intuir esas presencias pero eso era otra cosa. Su mano izquierda me saludó, él me miró a los ojos. No dije nada, demoré un rato en levantar mi mano y devolver el gesto –me volví lenta, apaisada, no sé qué mano levanté. Vi la cola del auto, significaba que todo había terminado, no estaba acostumbrada a ver limusinas ni autos de lujo. Levanté un botón del suelo, imaginé que había pertenecido a un hombre de traje azul cruzado estilo naval, un hombre refinado que se hospedaría en el hotel más caro del país.
Anoche, otra vez la misma canción. Otra vez, en el estadio, lloré. Anoche otra vez lloré, pero por motivos diferentes –siempre hay un motivo, le dije ayer a Ce-, no sé, en algún punto era ambivalente, doloroso, satisfactorio: habían pasado20 años –redondeando, digo-. Y él es otro, y yo también, el guitarrista debería cortarse el pelo, y el baterista ya no puede usar su ropa de motoquero, y ahora yo me animo a tocar el piano delante de otros, aunque nunca pude ser Martha Argerich. Y él es el mismo y yo también, porque algo nos queda, algo, aunque no sepamos bien qué, algo que nos permite reconocernos: Hola, soy la misma que juntó el botón del suelo. Hola soy el mismo que antes hacía un escándalo si el sonido no estaba a su gusto o si el agua mineral no era francesa. En un momento, una puerta me permitió pasar al vip, el tipo de seguridad gritó: “vuelvan a la popular”. Y yo sonreí: “nadie puede contra la popular cuando pasa la valla, voy a estar cerca de las cosas que me interesan”. Quiso empujar, y por un segundo, me salió la camorrera de adentro, iba a tomar al patovica de la remera, tuve ganas de pegarle, pero me arrepentí, y di dos pasos adelante: “parar a uno no me hace avanzar”. Si un hombre puede sentarse delante de un piano y tocar durante 55 años la misma canción, yo puedo creer que hay penas que valen la pena. Me di cuenta, de pronto, que en mí aún vivo un gran acto de fe.

M.S.

viernes, enero 16, 2009

Lo que va de sigamos...



Hotel Quequén II. Narrativa. Uhart, Guzman, Peyceré, +.
Hotel Quequén. Poesía. Cucurto, Casas, Alemián, Nachon, +.
Judas. Evangelio y biografía. Ensayo. Francisco García Bazán.




Entrevero. Poesía. Susana Cella.
La Ciudad de los Tísicos. Narrativa. Abraham Valdelomar.
Formación Hospitalaria. Poesía. Marina Serrano.




Paisaje Oblicuo. Ensayo. Diego Bentivegna.
La diástasis de las Tibias Largas. Poesía. Marina Serrano.
Ruego por el Tornado. Tres. Poesía. Osvaldo Bossi




El Cielo Tácito. Poesía. Ana Lafferranderie.
Dinamarca. Poesía. Elba Serafini.

Esto es lo que va de Sigamos... y lo podés conseguir en:

O escribinos a: sigamosenamoradas@yahoo.com.ar


























































á

lunes, enero 12, 2009

Subsidios a las editoriales


Marina Serrano está de acuerdo con la mayoría de las ideas expresadas por Trini Vergara en el correo de lectores, revista Ñ 276, sobre:"Subsidios a las editoriales, en debate"

Roland Barthes

" Cuando imagino suicidarme por una llamada telefónica que no llega, se produce una obscenidad tan grande como cuando, en Sade, el papa sodomiza a un pavo. Pero la obscenidad sentimental es menos extraña, y eso es lo que la hace más abyecta; nada puede superar el inconveniente de un sujeto que se hunde porque su otro adopta un aire ausente, mientras existen todavía tantos hombres en el mundo que mueren de hambre, mientras tantos pueblos luchan duramente por su liberación... "
Fragmentos de un discurso amoroso.
Roland Barthes.