La presentación de:
"Hotel Quequén II. Narrativa"
está programada para el sábado 26 de abril, a las 21.00 hs
lunes, marzo 31, 2008
sábado, marzo 29, 2008
Presentación: "Hotel Quequén II. Narrativa"
sigamos enamoradas
invita
a la presentación de su nuevo libro:
Hotel Quequén II. Narrativa.
Cuentos de Luis Gusmán, Hebe Uhart, Carlos Bernatek, Susana Cella, Fernando Callero, Enrique Butti, y Marina Serrano.
Editado por Cecilia Romana.
Sábado, 19 de abril de 2008. Villate 1409. Olivos.
Hotel Quequén II. Narrativa.
Cuentos de Luis Gusmán, Hebe Uhart, Carlos Bernatek, Susana Cella, Fernando Callero, Enrique Butti, y Marina Serrano.
Editado por Cecilia Romana.
Sábado, 19 de abril de 2008. Villate 1409. Olivos.
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Hotel Quequén,
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martes, marzo 25, 2008
Andi Nachon dió a luz
Mora nació hoy, mientras presentan la antología "Poetas argentinas 1961-1980" también obra de su madre, Andi Nachon. La gente aplaudió, nadie ocupó el lugar de Andi, simplemente hicieron un espacio grande para poder contener todo eso que nos hacen sentir completos.
III GUERRA MUNDIAL
Pues Ender la amaba, como sólo se puede
amar a alguien que es un eco de uno mismo,
en el momento de la pena más profunda.
La voz de los muertos, Orson Scott Card
Mapas, rutas, accesos cortados: crecemos navegando así
nuestra fe en la catástrofe. Cada vacación
un simulacro: Caracoles, Los Toldos
Camarones. Esta cartografía final
desplegada a la mesa familiar donde hombro
contra hombro rastreamos huidas posibles. Duran las siestas
el tiempo sin fin que lleva a la tierra
alcanzar un final. “Súbitamente
todo explotará” –así predica él y afuera
la explosión es otra historia
sin hito
en nuestros mapas abiertos. Para los dos
al sur la travesía, una búsqueda de otra vida
después de estos días. Hombro contra hombro, para vos
la tercera guerra se traslada por esa
huida ralentada: entre un pueblo sin nombre y otro
donde él y vos hallarán cobijo.
Para Andi y Mora, el amor interminable de las sigamos.
(un día como hoy tambien nació Elton John ¿Le gustará la música?)
III GUERRA MUNDIAL
Pues Ender la amaba, como sólo se puede
amar a alguien que es un eco de uno mismo,
en el momento de la pena más profunda.
La voz de los muertos, Orson Scott Card
Mapas, rutas, accesos cortados: crecemos navegando así
nuestra fe en la catástrofe. Cada vacación
un simulacro: Caracoles, Los Toldos
Camarones. Esta cartografía final
desplegada a la mesa familiar donde hombro
contra hombro rastreamos huidas posibles. Duran las siestas
el tiempo sin fin que lleva a la tierra
alcanzar un final. “Súbitamente
todo explotará” –así predica él y afuera
la explosión es otra historia
sin hito
en nuestros mapas abiertos. Para los dos
al sur la travesía, una búsqueda de otra vida
después de estos días. Hombro contra hombro, para vos
la tercera guerra se traslada por esa
huida ralentada: entre un pueblo sin nombre y otro
donde él y vos hallarán cobijo.
Andi Nachon, de Hotel Quequén. Poesía
[sigamos enamoradas 2006]
en cualquier librería Cúspide...
sábado, marzo 22, 2008
Algo de Bustillo
Villa María
Terminada en 1927 por Alejandro Bustillo.
Si les gusta, hacemos una lectura en la Villa... pero antes:
Lampalagua Santafesina
organizada por la mismísima Cecilia Romana.
Terminada en 1927 por Alejandro Bustillo.
Bustillo trabajó en este encargo de Celedonio Pereda entre 1923 y 1927, y se paró en su cuerda más ecléctica –ya tenía la neoclásica, la académica y la hispanista, sólo le faltaba la modernista elegante– para crear el casco. Estar frente a Villa María plantea desde el primer vistazo la pregunta de su estilo. Por falta de algo mejor, es algo que llamamos anglonormando, nombre algo fallutón para una casa básicamente eduardiana, inglesa de alma, con algún toque afrancesado y una deuda muy bien paga con Luytens. Esto último se nota en la notable textura del caserón, algo de cosa hecha a mano por gente que sabía lo que hacía. Hay mucho ladrillo a la vista, de ese inglés más vale pequeño y con las hileras bien tomadas. Hay algo así como una hectárea de teja roja, trabajada por los años y los líquenes para darle una rugosidad y un tono inimitables. Hay entrepaños y remates en cemento rústico, agrisado y embellecido por la intemperie. Y hay maderas, muchas maderas, pintadas y al natural, en ventanas incontables, half timbers Tudor y barandas. No es la madera rusticona, casi al hacha, que Bustillo usaría más tarde en sus obras patagónicas, sino tablas y vigas pulidas, europeas.
(Pag 12. Sergio Kiernan)
Si les gusta, hacemos una lectura en la Villa... pero antes:
Lampalagua Santafesina
organizada por la mismísima Cecilia Romana.
/No, no soy yo, no me hice ninguna cirugía estética, es mi hermana Marianela Serrano/
miércoles, marzo 19, 2008
Pascuas
Primera carta de Pilatos a Tiberio
Carta de Pilatos al emperador
Carta de Pilatos al emperador
XXX
1. Poncio Pilatos a Claudio Tiberio César, salud.
2. Por este escrito mío sabrás que sobre Jerusalén han recaído maravillas tales como jamás se vieran.
3. Los judíos, por envidia a un profeta suyo, llamado Jesús, lo han condenado y castigado cruelísimamente, a pesar de ser un varón piadoso y sincero, a quien sus discípulos tenían por Dios.
4. Lo había dado a luz una virgen, y las tradiciones judías habían vaticinado que sería rey de su pueblo.
5. Devolvía la vista a los ciegos, limpiaba a los leprosos, hacía andar a los paralíticos, expulsaba a los demonios del interior de los posesos, resucitaba a los muertos, imperaba sobre los vientos y sobre las tempestades, caminaba por encima de las ondas del mar, y realizaba tantas y tales maravillas que, aunque el pueblo lo llamaba Hijo de Dios, los príncipes de los judíos, envidiosos de su poder, lo prendieron, me lo entregaron, y, para perderlo, mintieron ante mí, diciéndome que era un mago, que violaba el sábado, y que obraba contra su ley.
6. Y yo, mal informado y peor aconsejado, les creí, hice azotar a Jesús y lo dejé a su discreción.
7. Y ellos lo crucificaron, lo sepultaron, y pusieron en su tumba, para custodiarlo, soldados que me pidieron.
8. Empero, al tercer día resucitó, escapando a la muerte.
9. Y, al conocer prodigio tamaño, los príncipes de los judíos dieron dinero a los guardias, advirtiéndole: Decid que sus discípulos vinieron al sepulcro, y robaron su cuerpo.
10. Mas, no bien hubieron recibido el dinero, los guardias no pudieron ocultar mucho tiempo la verdad, y me la revelaron.
11. Y yo te la transmito, para que abiertamente la conozcas, y para que no ignores que los príncipes de los judíos han mentido.
martes, marzo 18, 2008
Poesía en Quequén
Por Juan Manuel Alegre
http://www.leedor.com/
La poesía en esta posmodernidad es como un amuleto extravagante sobre la que todo el mundo habla o no. Y los poetas una especie en peligro. Los días 16 y 17 de febrero mas de 45 poetas se reunieron en Quequén, Provincia de Buenos Aires, en un Encuentro frente al océano,
Quequén, Poesía: Playa o Faro.
No tienen santo y seña. Los poetas están ahí como testigos, como gestores, mediadores, sin servidumbres ni con altanerías.Eso pensaba cuando recibí la invitación para ir al encuentro de poetas en Quequén por parte de la inefable Marina S.
Los días 16 y 17 de febrero, frente al océano, mas de 45 poetas leyeron, otros entonaron y los menos cantaron, sus creaciones a las personas que salían del agua fría buscando el abrazo del sol, a los que se miraban de reojo y se decían todo, a los que tomaban mate, a los que leían, a los que compartían, a los que no se animaron a mostrar lo suyo. Vacaciones. Gente de vacaciones.Entonces un poema puede llevarte a conocer ese universo de acciones subjetivas, como rampas hacia el mundo de la vida misma. Como radares que captan lo que nadie ve por ser tan sencillo o porque está absolutamente naturalizado en nuestra cotidianeidad.O sea que el poeta es un mirador de la realidad, no es un profeta ni un mesías. La poesía en esta posmodernidad es como un amuleto extravagante sobre la que todo el mundo habla o no. Y los poetas una especie en peligro.
Estuvieron el provocador Daniel Freidenberg, la hipnotizadora Graciela Chela y Daniel Chirón, como un rayo.
Hubo otros y otras. Entretejieron palabras, enhebraron imágenes. Como una fuente llena de frutas que había que saborear: algunos de mucho color y sabor amargo, otros con una pelusa que engañaba porque adentro eran pura miel, otros con la fealdad de los tubérculos pero gratos en el paladar.La poesía es más que un sabor. Pero es tan intangible como eso que queda y que se recuerda porque para eso estuvo. Lo otro es olvidable. Como una naranja o una manzana en un licuado multifrutal.En un intento por trascender la mirada del frutero, entre lo visto, lo representado y lo escuchado. Se pueden pensar algunas categorías para explicar un poco más el alma del evento. Pura subjetividad, sino no podría.
...sigue.
http://www.leedor.com/
La poesía en esta posmodernidad es como un amuleto extravagante sobre la que todo el mundo habla o no. Y los poetas una especie en peligro. Los días 16 y 17 de febrero mas de 45 poetas se reunieron en Quequén, Provincia de Buenos Aires, en un Encuentro frente al océano,
Quequén, Poesía: Playa o Faro.
No tienen santo y seña. Los poetas están ahí como testigos, como gestores, mediadores, sin servidumbres ni con altanerías.Eso pensaba cuando recibí la invitación para ir al encuentro de poetas en Quequén por parte de la inefable Marina S.
Los días 16 y 17 de febrero, frente al océano, mas de 45 poetas leyeron, otros entonaron y los menos cantaron, sus creaciones a las personas que salían del agua fría buscando el abrazo del sol, a los que se miraban de reojo y se decían todo, a los que tomaban mate, a los que leían, a los que compartían, a los que no se animaron a mostrar lo suyo. Vacaciones. Gente de vacaciones.Entonces un poema puede llevarte a conocer ese universo de acciones subjetivas, como rampas hacia el mundo de la vida misma. Como radares que captan lo que nadie ve por ser tan sencillo o porque está absolutamente naturalizado en nuestra cotidianeidad.O sea que el poeta es un mirador de la realidad, no es un profeta ni un mesías. La poesía en esta posmodernidad es como un amuleto extravagante sobre la que todo el mundo habla o no. Y los poetas una especie en peligro.
Estuvieron el provocador Daniel Freidenberg, la hipnotizadora Graciela Chela y Daniel Chirón, como un rayo.
Hubo otros y otras. Entretejieron palabras, enhebraron imágenes. Como una fuente llena de frutas que había que saborear: algunos de mucho color y sabor amargo, otros con una pelusa que engañaba porque adentro eran pura miel, otros con la fealdad de los tubérculos pero gratos en el paladar.La poesía es más que un sabor. Pero es tan intangible como eso que queda y que se recuerda porque para eso estuvo. Lo otro es olvidable. Como una naranja o una manzana en un licuado multifrutal.En un intento por trascender la mirada del frutero, entre lo visto, lo representado y lo escuchado. Se pueden pensar algunas categorías para explicar un poco más el alma del evento. Pura subjetividad, sino no podría.
...sigue.
miércoles, marzo 12, 2008
jueves, marzo 06, 2008
Ningún cuento chino.
Lo necesario y conveniente
El asiento más conveniente del colectivo está ubicado junto a la puerta trasera, o sea recostado sobre la derecha del vehículo en la última fila. Por supuesto, hablo de ciertos ómnibus bastante pasados de moda. Tienen delante una estructura de caño, usualmente cromado, que sirve como baranda al pasajero que desciende y como soporte al espejo retrovisor superior, me gusta apoyar los pies encima. En horarios pico, cuando el ómnibus viaja completo y el aire se torna irrespirable, la apertura de la puerta refresca y limpia, relativamente, su zona de influencia. También lo prefiero porque puedo demorarme, esperar, ponerme de pie a último momento, justo antes de bajar, no necesito abrirme paso entre sobacos levantados para llegar al timbre, corriendo a veces el riesgo de pasar de largo. En fin, es el sitio más higiénico, visual y olfativamente, aunque algo perturbado por el ruido del motor. Me gusta mirar el asfalto correr por debajo, a la par del colectivo.
El asiento más conveniente del colectivo está ubicado junto a la puerta trasera, o sea recostado sobre la derecha del vehículo en la última fila. Por supuesto, hablo de ciertos ómnibus bastante pasados de moda. Tienen delante una estructura de caño, usualmente cromado, que sirve como baranda al pasajero que desciende y como soporte al espejo retrovisor superior, me gusta apoyar los pies encima. En horarios pico, cuando el ómnibus viaja completo y el aire se torna irrespirable, la apertura de la puerta refresca y limpia, relativamente, su zona de influencia. También lo prefiero porque puedo demorarme, esperar, ponerme de pie a último momento, justo antes de bajar, no necesito abrirme paso entre sobacos levantados para llegar al timbre, corriendo a veces el riesgo de pasar de largo. En fin, es el sitio más higiénico, visual y olfativamente, aunque algo perturbado por el ruido del motor. Me gusta mirar el asfalto correr por debajo, a la par del colectivo.
Ella estaba sentada en el asiento conveniente, pude ver su cara delante de mí, las imágenes de la calle transcurrían en el vidrio trasero, algo curvado en la esquina, y ella en el centro, fija. No era una gestalt clásica de figura-fondo que se alternan, impidiendo una la percepción clara de la otra, era todo junto. Una cara fresca, como de 20 años, aunque sabía bien que no era su edad, no tenía marcas ni arrugas, parecía tener todo por vivir. Sé que es cursi hablar de ojos claros, y aborrezco las cosas cursi, pero eran tan concretamente claros que ocuparon mi mente como piojos, no puedo evitar nombrarlos.
Ella acerca su cara, sé que es ella, le gusta el sexo y le gusta mucho, la inundación genital sin demasiados corolarios o preámbulos, no perder tiempo en bares hablando por el simple protocolo habitual de la conquista, no desperdicia ni un gramo de su energía en masturbarse, es, sin lugar a dudas, una fanática de los hombres y el coito genital. Sé que es ella, tengo su cara entre mis manos y la disfruto, la abrazo. La ciudad pasa por detrás, por delante, por todos lados, entre ruidos de vidrios, de ventanas sin burletes, puertas que se abren con aire comprimido cuando los frenos chillan y vibran las chapas. Decide que hoy debemos pasar la noche “amándonos”, sí, amándonos, es la palabra. Yo pensaba -cosa que me atonta la mayoría de las veces, y además insume una gran cantidad de mi tiempo- en la oportunidad: si eso que sentía, precisamente ahí, en ese momento, tan “largo y expandido” sería suficiente para comenzar algo, si podría sobrevivir o era necesario esperar. ¿Su casa? No, no se puede. ¿Mi casa? Demasiado lejos, ¿si se arrepiente en el camino? No puedo desaprovechar la oportunidad, y mientras yo pienso, ella decide.
El bote detiene el motor y continua moviéndose sobre el oleaje que generó. El movimiento de los cuerpos en el agua es así, no importa la densidad de sus materiales sino el cuerpo que forma. Lo mantienen cerca del muelle, entre dos superficies con movimientos relativos, descendemos por estribor. Una isla abierta, despoblada de árboles, tiene demasiado horizonte verde para ser isla. El terreno se eleva a lo lejos, junto al mar parecen formarse grutas. Nos dirigimos a un hotel blanco, podría decirse que es demasiado oscuro para ser mediterráneo, quizá debido al efecto de la niebla. El pasillo es relativamente oscuro, más que pasillo parece una calle italiana. El techo forma un arco de cuarto punto, sin molduras. Caminamos como amantes. A la izquierda nace una escalera, de cemento, sin barandas, tampoco se encuentra ornamentada. Es una típica escalera que asciende plegándose a las paredes de un cubo, y deja en medio un espacio, también cuadrangular donde nace el eco. Los descansos en las esquinas son cuadrados perfectos, pero a esta escalera en particular le falta un tramo. Un sector de pared limpia lo delata, y más arriba, continua. Se escucha el descenso de alguien, por lo grave y parejo del sonido, el choque de los zapatos contra el piso, es un varón. Los zapatos de mujer suelen sonar tic-tuc, y cada tanto llevan un paso arrastrado. Veo la sombra, le digo a ella que se esconda, es... No sé si es mi novio, el novio que olvidé y va a encontrarme en falta ¿Realmente lo olvidé? Escapo. Si se atraviesan varios túneles, es posible encontrar una aldea.
Ella acerca su cara, sé que es ella, le gusta el sexo y le gusta mucho, la inundación genital sin demasiados corolarios o preámbulos, no perder tiempo en bares hablando por el simple protocolo habitual de la conquista, no desperdicia ni un gramo de su energía en masturbarse, es, sin lugar a dudas, una fanática de los hombres y el coito genital. Sé que es ella, tengo su cara entre mis manos y la disfruto, la abrazo. La ciudad pasa por detrás, por delante, por todos lados, entre ruidos de vidrios, de ventanas sin burletes, puertas que se abren con aire comprimido cuando los frenos chillan y vibran las chapas. Decide que hoy debemos pasar la noche “amándonos”, sí, amándonos, es la palabra. Yo pensaba -cosa que me atonta la mayoría de las veces, y además insume una gran cantidad de mi tiempo- en la oportunidad: si eso que sentía, precisamente ahí, en ese momento, tan “largo y expandido” sería suficiente para comenzar algo, si podría sobrevivir o era necesario esperar. ¿Su casa? No, no se puede. ¿Mi casa? Demasiado lejos, ¿si se arrepiente en el camino? No puedo desaprovechar la oportunidad, y mientras yo pienso, ella decide.
El bote detiene el motor y continua moviéndose sobre el oleaje que generó. El movimiento de los cuerpos en el agua es así, no importa la densidad de sus materiales sino el cuerpo que forma. Lo mantienen cerca del muelle, entre dos superficies con movimientos relativos, descendemos por estribor. Una isla abierta, despoblada de árboles, tiene demasiado horizonte verde para ser isla. El terreno se eleva a lo lejos, junto al mar parecen formarse grutas. Nos dirigimos a un hotel blanco, podría decirse que es demasiado oscuro para ser mediterráneo, quizá debido al efecto de la niebla. El pasillo es relativamente oscuro, más que pasillo parece una calle italiana. El techo forma un arco de cuarto punto, sin molduras. Caminamos como amantes. A la izquierda nace una escalera, de cemento, sin barandas, tampoco se encuentra ornamentada. Es una típica escalera que asciende plegándose a las paredes de un cubo, y deja en medio un espacio, también cuadrangular donde nace el eco. Los descansos en las esquinas son cuadrados perfectos, pero a esta escalera en particular le falta un tramo. Un sector de pared limpia lo delata, y más arriba, continua. Se escucha el descenso de alguien, por lo grave y parejo del sonido, el choque de los zapatos contra el piso, es un varón. Los zapatos de mujer suelen sonar tic-tuc, y cada tanto llevan un paso arrastrado. Veo la sombra, le digo a ella que se esconda, es... No sé si es mi novio, el novio que olvidé y va a encontrarme en falta ¿Realmente lo olvidé? Escapo. Si se atraviesan varios túneles, es posible encontrar una aldea.
Duermo en casa de mi abuela, hasta tarde, normalmente no suelo hacerlo, siento que es una pérdida de tiempo. Escucho como hablan en el comedor, remarcan mi haraganería, pero cierro los ojos de nuevo, me gusta soñar, y después de haberme despertado, al menos una vez, sueño mejor, o sea, más claro. En esta cama, he tenido un par de visiones que aun recuerdo: en una besaba a un compañero, era uno de esos sueños en los cuales cada cosa se encuentra cómo estaría si uno despertara; la misma habitación, misma hora, misma ropa, las mismas personas, y él, recostado en la cama, usando el lado corto, o sea atravesado, me besaba y mi abuela en la otra cama, ese era el problema, recuerdo mirar su cara bajo la luz verde que permanecía encendida desde que falleció mi abuelo. Me levanto con hambre, no es hora del desayuno ni del almuerzo, eso es lo peor del caso, abro la heladera, quiero comer queso y dulce de membrillo. Ambos panes son rectangulares, les falta apenas una rebanada a cada uno, y por el color, fueron cortados hace muy poco. Uso un cuchillo de hoja ancha, no se si es el indicado, pero me gusta el corte parejo y delgado, corto más fetas que las que habitualmente comería ¿Qué sucede? Derrochar la comida es pecado, una atrocidad, una ofensa para mi padre, mi abuela, para la humanidad. Soy una persona medida, racional, con buena capacidad de cálculo, no me gustan los excesos ¿Por qué dispuse más alimentos que los necesarios? ¿Por qué dormí tanto? ¿Será que realmente, aquí y ahora, se han convertido en necesarios? -Retrocedo la cabeza unos milímetros, la charnela cervical se traba, me quedo erguida y quieta- Yo cursé fisiología conozco las demandas calóricas adecuadas. Llega Cherly, hablando como siempre pero hoy cambia el discurso: “¿Dónde está mi cosita bonita?” No me lo dice a mí, me mira la panza, le da un beso y la toca, moldea la parte inferior de mi abdomen que de forma casi inapreciable ha pasado de una marcación cuadrangular a la circularidad de la vida. ¿Estoy embarazada? ¿Podrá ser esto posible? ¿Cuándo, cómo? Su actitud confirma mi estado. ¿Cómo lo sabe antes que yo? Me siento feliz, Cherly siempre sabe las cosas antes que los demás.
El camino que conduce al sitio de la independencia es un hueco pequeño por el cual no puedo pasar debido a mi estado. Una mujer indígena cuida la puerta, alguien aparece con una llave y al colocarla en la cerradura sólo gira una vuelta y luego se traba. “Es una llave falseada, hay que empujarla hacia adentro y luego darle otra vuelta” dice la indígena, se ve funcionar el mecanismo. Al final de los túneles hay una aldea
y una neblina muy cerrada.
El camino que conduce al sitio de la independencia es un hueco pequeño por el cual no puedo pasar debido a mi estado. Una mujer indígena cuida la puerta, alguien aparece con una llave y al colocarla en la cerradura sólo gira una vuelta y luego se traba. “Es una llave falseada, hay que empujarla hacia adentro y luego darle otra vuelta” dice la indígena, se ve funcionar el mecanismo. Al final de los túneles hay una aldea
y una neblina muy cerrada.
Marina S.
lunes, marzo 03, 2008
Cumple años Félix
El viernes cumple Mori Ponsowy,
el sábado Diego Bentivegna y Osvaldo Bossi,
el domingo Florencia (no Walfish),
el lunes yo,
el 14 Carolina Esses,
el 17 Marianela,
el 19 Rolo Albelo.
Paradojicamente, cada año apagamos simbólicamente la luz de nuestras vidas.
el sábado Diego Bentivegna y Osvaldo Bossi,
el domingo Florencia (no Walfish),
el lunes yo,
el 14 Carolina Esses,
el 17 Marianela,
el 19 Rolo Albelo.
Paradojicamente, cada año apagamos simbólicamente la luz de nuestras vidas.
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