domingo, febrero 03, 2008

¿Quién lee en Quequén? Gabriel Roel


BABEL DE NOCHE


Como una vaca sin cencerro, sí, perdida
Marisa Paredes en el mejor Almodovar.
Nombres extravíos cánticos
Guadalupe Pineda enamorada de su diputado.
Porque Zócalo es este mundo, amor,
y así danzo desde el hiato de estos escalones
con tu foto.
Bailo de puro osco almibarado el filme dulciferino
en la superficie lustrosa kistch llena de lozas
color californiano peronista,
refractando la bola de espejitos girantes
en medio de la música y tu cuerpo.
Lento.
Espumante.
Extravíado y vacuno con montura ladeada y en pelo.
entre florecillas de alfalfa.
Gerundios y lavanda.
Reservados y cuencos.
Algarrobo y pérdidas y caléndulas.
Guadalupe Pineda en tránsito de altares.
Marisa Paredes en pavesas de alcanfor.
Porque la noche es de Babel los mostradores
y mi mano en tu espalda tiara del brillo

salida de la noche que alone surfea

el arcoiris el volcán el mar a oscuras.

Gabriel Roel: nació en Diamante, provincia de Entre Ríos en 1971. Becario Fundación Antorchas en poesía 1999. Estudió letras en UBA; filología en Barcelona y Psicología. Entrevistó a Marosa Di Giorgio en 2001 (Diario de Poesía). Vive en Balvanera, en la ciudad de Buenos Aires. http://www.lapupiladelcero.blog.com/

12 comentarios:

Anónimo dijo...

"Color californiano peronista", supongo que será bien marroncito, ¿verdad? Un marroncito oscuro tirando a chocolate. Ahora me pregunto, de puro ignorante, claro está, ¿este poema lo escribiste usando alguna técnica automática (como la que emplearon los dadaístas, surrealistas, parapsicólogos o espiritistas) o fue una súbita inspiración, un satori órfico, un samadhi dionisiaco, una iluminación budista (con sake de arroz) pero luego de haberte vacíado una damajuana de cinco litros de tintorro patero? No le niego exhuberancia campestre, sensualidad bovina, eso de "lento, espumante, extraviado y vacuno con montura ladeada y en pelo", debe poner caliente a más de una vaca (rebusques de tambero pobre para hacerlas producir más leche, supongo), pero para simbolismo erótico es demasiado pobre. La verdad que si de elegir poetas entrerrianos se trata, me quedo con Juan L. Ortiz, Alfonso González Solá, Luis Alberto Ruiz, Alfredito Veiravé (como te extraño chamigo y hermano), Carlos A. Mastronardi, Ricardo Zelarrayán, Arnaldo Calveyra y paro de nombrar pa' no ponerte colorado. Y ahora la pregunta del millón: ¿Podés leer este poema seriamente, sin mearte o cagarte de risa? Y si los que te escuchan lo hacen con seriedad, es cierto lo que decía mi difunta abuela, entonces: hay gente para todo.

Anónimo dijo...

Este poema sobre vacas no nos gusta. Nos gustan los poemas sobre gatos. Por eso amamos la poesía gaturrona de Silvestri (¡hasta tiene apellido de gato!). Mi poema preferido es "Conejunos". Toda la sensualidad gatuna queda plasmada en ese simbolismo psicodélico que es capaz de ver gatos viajando en moto o en sidecar (ella no le da al tintorro, sino a la cannabis que agudiza la percepción). Una belleza. Además, ¿vieron que linda es la Silvestri? Lastima esa cara enfurruñada de gata estreñida, no le favorece, parece decir: "mírame y no me toques porque te saco los ojos". Brrrrrrr. La banda de gatos callejeros pedimos a maullidos que publiquen "Conejunos". ¡Conejunos sí, otro no!



El Gato con Botas, Tom, Silvestre, Jinks, Don Gato, Benito, Cucho, Garfield, Gaturro, el Rey León, La Pantera Rosa (son gatos también), y siguen las firmas.

Anónimo dijo...

A pedido de mi público aquí va el poema:


Conejunos
(por Leonor Silvestri y los gatos)

anita y alí
como bonnie and clyde
manejan la moto de mis sueños

los gatos son anticonejos
el tiempo no los apremia
corren para sentir el viento
en las pestañas
viajan en sidecar
sólo por placer

todo debería ser así
como ladrones de bancos centrales
todo debería ser así
tener un boquete listo
una isla adonde escapar
de los conejos
tener cola, orejas y garrita
para cavar un túnel
hacia vos.

Anónimo dijo...

Es Alfonso Sola González, querido Ojo de Lince...

Anónimo dijo...

Roma, fue escrito mal a propósito para ver si alguna en el blog estaba atenta y se daba cuenta. Tengo todo fríamente calculado, salió como me lo esperaba y vos mordiste el anzuelo.

Ja, ja, mentira. También vos tenés ojo de lince, Roma, me cazaste en una. El Match Point es tuyo y te quedaste con el saque.

¿Sabés por qué lo escribí mal? La verdad es que justo me entró una lagañita en mi Ojo de Lince y, al restregarlo, se me nubló la vista y me salió alterado el orden de los apellidos. Si no me crees, hacés bien porque es otra mentira.

Pero el orden de los factores no altera el producto, bien o mal escrito su apellido, es un gran poeta y esto no es ninguna mentira. Es la pura verdad, chamiga. Palabra de correntino (aunque criado en el Chaco).

Te dejo un besito Roma y gracias por tu buena onda

Anónimo dijo...

Gracias a vos, Ojo de Lince, por tu buena onda. Salté porque Sola González es uno de mis poetas preferidos, olvidado injustamente (como suele pensarse de los poetas que nos gustan y nadie edita). Tiene poemas bellísimos, y un ensayo sobre Lugones sin desperdicio. Loe mendocinos se lo quieren guardar para ellos, porque vivió mucho tiempo en esa provincia. También vivió en Buenos Aires y en Santa Fe, pero es un auténtico entrerriano.
Besos,

Anónimo dijo...

Roma, coincido totalmente contigo. Alfonso Sola González es también uno de mis poetas preferidos. Hubo un tiempo que quise imitarlo (en vano) pretendiendo hallar las claves de su estilo. Desistí cuando me di cuenta que nunca iba a ser un poeta de su calidad. Algo parecido a lo de Sola González con los mendocinos, ocurre con Alfredo Veiravé, a quien conocí. Era entrerriano, pero como vivió mucho tiempo entre nosotros lo consideramos chaqueño. Ja, ja, yo mismo soy chaqueño por adopción. Lo único que lamento es no haberlo conocido antes. Nací a destiempo. Tuve apenas dos años para frecuentarlo antes de su muerte, pero mientras vivió fue, para mi, alguien muy querido, un gran maestro.

Lograste que el Ojo de Lince se ponga serio, chamiga. Te diré que me preocupa. Soy un señor cuarentón (n. 1965), un amante de la poesía y la literatura. No veo en las nuevas generaciones (incluyendo a la mía) atisbos de cambio y renovación. No hay experimentación, búsqueda, no leo nada que pueda juzgar como muy jugado. A los nuevos poetas (me refiero a todos aquellos que he leído del 90 al 2008) pareciera faltarles vida y energía, no hay rebeldía ni atrevimiento, solamente jugueteo con las palabras, pero un jugueteo que da la impresión de no conducir a ninguna parte.

Se usa mal el absurdo y el sin sentido (non sense). Ojalá hubiera un Jarry, un Ionesco o un Lewis Carroll (quizás los haya y no se han hecho ver) entre los poetas y escritores de las nuevas generaciones. Me desencanta leer poesía anodina y descabellada. Lo descabellado no es absurdo, sino disparate. El absurdo es otra cosa. Tampoco es lo grotesco. Lo grotesco y el absurdo tienen excelentes representantes en nuestra literatura y en la literatura universal. ¿Poesía Bizarra? ¿Mala Poesía? Hay poesía que es tan bizarra y tan mala que ha logrado convertirse en un género. Pero no es la poesía que disfruto.

Lo que me amarga el alma (sufro de verdad, chamiga), es comprobar que muertos los grandes felinos de nuestra literatura, leones y tigres, ahora toman su lugar los mininos, los gatos menores. ¿Gatopardismo literario? Sí, pienso eso. Avanza el gatopardismo literario con toda su pobreza interior y exterior a cuestas. Parezco cruel, pero no lo soy, al menos por vocación. No pretendo ser cruel deliberadamente. Algo hay que hacer.

¿Dónde están las vanguardias? Toda época tuvo su vanguardia. Hoy no la veo por ninguna parte. No creo que falte creatividad, sino audacia. Hay creatividad contenida que no hace explosión, pura pólvora mojada. Lo que se contiene y no sale, se malogra, se pudre por estancamiento. Lees poemas que parten de buenas ideas, empiezan bien, continuan mal y terminan peor.

Sí, de acuerdo, está tu poesía. Lo poco que leí, me gustó. Hay verdadera renovación del lenguaje y conceptualmente no es descabellada. Y no lo digo de compromiso ni por quedar bien, no soy así. Pero, ¿quedará Cecilia Romana como una única voz clamando en el desierto de las nuevas generaciones? Ojo que lo mismo pasa con los poetas jóvenes de otros países (los leo).

¿Viste lo que pasa con los capos cómicos de ahora en el teatro? Estos tipos, en la época de un Pepe Arias (me encanta ver cine nacional de antes), un Serrano, un Fidel Pintos o una Olinda Bozán, no habrían trabajado ni de apuntadores. Pero ahora se hacen llamar "capos cómicos" pero no les llegan ni a los talones. Son imitadores, pero malos imitadores. Les sobra grosería y les falta picardía. Baja del escenario un narrador como Luis Landriscina y sube un imitador mediocre como Nito Artaza (y hay otros peores que él). Menciono a estos dos porque ambos son mis comprovincianos.

Si uno es un mal imitador (como es mi caso respecto a Sola González), es más generoso y decente hacerte a un lado y dejar el lugar para que surjan otros. Si no hay nada que decir, nada que expresar, mejor es callar. Hay quienes me dicen que cada uno hace lo que puede, pero conformarse con eso es fomentar la mediocridad. Me da escalofríos ese conformismo.

Lo mismo me pasa cuando leo que "fulano es el mejor poeta vivo actual". Me da risa. Claro, por descarte, muertos los grandes, le tocará al mediano el turno de ser considerado el mejor poeta vivo, y muerto el mediano, le seguirá el pequeño. Este es el tiempo de los pequeños poetas, los poetas menores, los poetas enanos, porque los grandes y medianos poetas han muerto. Y lo mismo puede decirse de cierta narrativa.

Estoy convencido de que la última gran generación de poetas ha sido aquella de la Decada del '80 (Chirom, Benítez, Freidemberg, Herrera, Ruschi Crespo, Lojo, etc.). Del '90 hasta esta parte (salvo que existan algunos tapados que no se dejan ver) lo que hay me parece que no sobrevivirá como generación. Quizás queden una o dos voces representativas, afirmadas como islas dignas en medio de un ancho mar de mediocridad. Pensar que perdurarán como generación es ser pesimista. Significa que las próximas generaciones serán peores todavía.

¿Y la crítica literaria? Ja, ja y ja, triple ja. Eso no es crítica literaria. Pingüinería literaria (sin hacer alusión a Kirchner) le llamaría yo. Comen de lo que han regurgitado sus padres, no elaboran nada propio. Lo de la crítica literaria es más grave. Hace rato que está en crisis y no sale. No crece, padece de adolescencia crónica. Cretinismo intelectual endémico. Lo que llaman crítica son simples monografías escolares. Bien redactadas, eso sí, pero sin contenido crítico. Relevamiento topográfico de superficie, no son exploradores capaces de descender a las grandes profundidades ni de ascender hasta las altas cumbres del texto. No descubren nada nuevo ni saben valorar lo anterior. Son cadáveres que hieden y no se dan cuenta de su hedor.

Quizás Veiravé haya tenido razón cuando, hace muchos años atrás, me dijo que era tan locamente idealista como Don Quijote, que pedía demasiado. Si soy un Quijote me pasa todo lo contrario a Don Alonso Quijano: no veo gigantes, sino enanos. Uno no pelea contra los enanos, lo único que desea es hacerlos conscientes de su cretinismo. Lo que hago, como mi queridísimo y admirado Alberto Laiseca, es "matar enanos a garrotazos". Es que duele ver como se ahuyenta el ambiente cultural, espiritual y literario, al que estaba acostumbrado, por el avance de lo que Rafael Squirru llamó "Pomposa y Soberana Estupidez".

Un beso dulce, tierno y amistoso chamiga de un leonero y tigrero correntino, me despido antes de decir peores cosas; perdón por declarar en voz alta lo que pienso para mis adentros.

Anónimo dijo...

Querido Ojo de Lince:
Todo pasado fue mejor. Al leer a la generación del cuarenta, surge esa frase imponente, pero sí hay buenos poetas en la actualidad, y hay poetas jóvenes que tienen una fuerza renovada y original. Te nombro a Gabriela Milone, puntana, afincada en Córdoba desde hace años. Su poesía es tremenda: cruda, dolorosa, extrema. Hay poetas en el interior que todavía guardan una voz peculiar (se me viene a la cabeza Javier Foguet, entre los jóvenes), y poetas como Nicotra o Godino que, en plena actividad, conservan un tono sumamente atractivo y personal.
Me encanta cuando hablás de Veiravé. En este medio, uno no sabe cuánta verdad hay en los comentarios y cuánta mentira, pero a pesar de eso, los testimonios de gente que trató con personas que uno lee y gusta leer, son impagables.
Gracias por lo de mis libros.
Y recibo tu beso en una mañana calurosa, para darte otro y quedarme pensando.

Anónimo dijo...

Bueno, Roma, recién leí lo que publicaste de Solinas, no lo conocía, me pareció muy bueno su poema. Nicotra. ¿Alejandro o Esteban? Me gusta mucho más el primero que el segundo, pero eso es una cuestión de gusto (y afinidad electiva).

Pero Esteban va por buen camino, habría que esperarlo y ver hasta dónde llega. Godino. ¿Estamos hablando de Rodolfo? De acuerdo, pero es de una generación anterior. Foguet, bueno, aquí hay uno que no conozco, de verdad, te debo la lectura de su poesía. Lo mismo Gabriela Milone, de ambos no tuve el placer de conocerlos. Pero confío en tu criterio, seguro que no me van a desencantar. Por eso hablé de que tal vez haya tapados que no se hacen o dejan ver. No cerré puertas.

Veiravé. El haber nacido a destiempo me privó de una amistad que, si se hubiera profundizado al nivel de la amistad que el poeta tuvo con Alejandro Nicotra, Jorge Calvetti, Alfredo Martínez Howard u Horacio Castillo, hubiera sido mucho más entrañable. Muy cierto lo que dices sobre la verdad o la falsedad de los testimonios en este medio (o en cualquier otro añadiría).

No presumiré de haber sido un amigo íntimo, pero su manera de ser te hacía sentir como si le conocieras de toda la vida. Tenía el don de la buena gente y le salía de manera natural. Quienes han sido sus grandes e íntimos amigos, los que tuvieron la tremenda suerte de haberlo tratado por más tiempo, pueden darte mejores testimonios que el mío, pero te puedo asegurar que era hombre que se hacía querer.

Podía hablarte de poesía por horas y no te cansabas de escucharlo. Su enseñanza fundamental es buscar lo esencial y auténtico del yo poético. Veiravé no pretendía hallar nada nuevo, sino renovar o actualizar lo existente, y esto, a mi parecer, se parece mucho a una refundación ritual, casi augural del acto poético.

Para mi era un mago, un alquimista del verbo, capaz de producir las más increíbles transmutaciones y combinaciones de sonidos, ritmos, imágenes, tensiones, y todo dicho con una naturalidad que la poesía parecía brotar de su interior como agua de manantial, y es que, para mi, tiene esa pureza y frescura.

Pero fijate que eso también lo encontramos en Sola González, Alejandro Nicotra, Rodolfo Godino, por mencionar a aquellos que admiramos en común. No se trata de descubrir algo nuevo, sino de renovar, actualizar esa gran tradición de poetas argentinos.

La originalidad no es hallar y exhibir la novedad, sino reencontrar la fuente original.
Veiravé llamaba a la poesía "la fuente de juvencia" y es que solo la poesía misma puede vigorizarte´
como poeta.


Hay que volver a leer a Salvador Merlino, Matilde Alba Swann, Carlos Mastronardi, Amelia Biaggioni, César Fernández Moreno, Alfonsina Storni, Leopoldo Lugones, no sé, sería interminable la lista y es seguro que en el camino se me olvidaron unos cuantos nombres tan importantes como estos.

La verdad es que soy desordenado para leer. Cuando estoy rodeado de los libros que me gustan me pasa lo que a un chico pobre en una juguetería, no sabés que chiche elegir, con cuál quedarte, todos te llaman, te convocan, elegime a mi o a mi. ¡Y vos te querés quedar con todos!

Bueno, Roma, gracias por responder y también por obsequiarme esos nombres de poetas actuales que no conocía. Un amigo chamamecero me decía que cuando no le venía la inspiración para componer una letra o una música, se ponía a tocar la "acordeona" sin pensar en nada, atento solo a lo que salía del instrumento, y dejaba que espontáneamente le viniera la letra o la música: "Una te dicta la otra", me decía.

Y es que, es cierto, la palabra te dicta el ritmo y el ritmo la palabra, ese es el estilo, el estilo fluyente y natural del que habla el poeta y alquimista chino Su Shih, conocido como Su Tung-po. ¿Has leído poesía china o japonesa?

Envidio (sanamente) esa concisión que si bien nace de un diestro manejo del pensamiento y el lenguaje, en el fondo es expresión de una sabiduría natural. Recibido tu beso y te dejo otro igualmente cálido y amistoso

Anónimo dijo...

Y no le digo lo que es ese canasto de moscas, un boccato di cardinale, una delicatessen, un manjar de los dioses y no sigo porque se me hace agua la boca.

Anónimo dijo...

¿En dónde habla Gabriel Roel de un canasto de moscas? Ese es el poema "La Gallina" de María Julia Magistratti. ¡Te equivocaste de poema, sapo pelandrún!

Anónimo dijo...

Oiga, más pelandrún será usted, Ojo de Lince. ¿Acaso no oyó hablar nunca de la remisión intertexual, la intertextualidad como presencia funcional de una obra en la estructura de otra obra, la contextualidad, las asociaciones analógicas? Roel menciona a la vaca. La vaca tiene un rabo, ¿me sigue? ¿Y qué espanta la vaca con el rabo? ¡Espanta las moscas! Fue por asociación analógica de ideas que lo comenté aquí. Y ese poema de Solinas que a usted le gusta tanto (y a mi), también habla de moscas. Pero, por si las moscas, voy a repostear mi comentario al poema "La Gallina". Pero solo porque a mi se me antoja, no porque usted lo pida. ¡habráse visto!