miércoles, septiembre 19, 2007

Lo complementario

Un grupo de árboles separados por distancias regulares no proyecta sombra, cosido a una hilera de raíces, el descampado ajeno diverge hacia occidente. Ariel camina junto a Lisandro. Los pasos de ambos, algo arrastrados sobre el ripio, aventajan el aura seca que los envuelve, es la parte terrena de Venecia. De mal humor, se detiene al borde del camino, lleva un vestido lila muy escotado y la tela se pliega en forma de “U”, ambos extremos superiores cuelgan de los hombros. Comenzó a arrancarlo, tironeaba desde el pecho, abría las costuras o rajaba el género daba lo mismo, el crepitar de los hilos o el estertor cavernoso, gritaba, y mientras sus pies martillaban el aire, un círculo acotado se grabó en el suelo como un mandala. Bajo los colgajos asomaba un corsé terapéutico, un corsé tipo Knight, utilizado para inmovilización del raquis lumbar. Lisandro observa, a una distancia prudente, el devenir de la locura, o la histeria, que no lo intranquilizó. Tras ese breve momento de contemplación, un aluvión áspero volvió turbia una hipérbola en el aire, cientos de abejas comenzaron a invadirla, a ella y solo a ella, que era alérgica.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

qué...bueno, qué bueno...qué bueno

me hacen el favor de firmar, por favor?? algo me dice que es de cierta persona que corta el pasto con resultados escatológicos

Anónimo dijo...

y si, pero son pruebas

lo peor, es que el pasto ya creció de nuevo, y de nuevo...navidad

Anónimo dijo...

este es de R y el anterior de Marinex??