lunes, diciembre 15, 2008

Algo acerca de Borges. Algo de Diego Bentivegna

DISCONTINUIDAD, TIEMPO, REPETICIÓN
POR UNA CONCEPCIÓN QUEBRADA DE LECTURA


Uno de los puntos centrales en los que se manifiesta lo heterogéneo del tiempo en los escritos de Borges es en el desmontaje de la noción de contemporaneidad. Así, la mera coincidencia en el tiempo parece no ser suficiente como para afirmar la contemporaneidad de dos sucesos. Leemos al respecto en «Nueva refutación del tiempo»:


Niego, en un número elevado de casos, lo sucesivo; niego,
en un número elevado de casos, lo contemporáneo también.
El amante que piensa Mientras yo estaba tan feliz
pensando en la fidelidad de mi amor, ella me engañaba,
se engaña: si cada estado que vivimos es absoluto, esa felicidad
no fue contemporánea de esa traición; el descubrimiento
de esa traición es un estado más, inapto para modificar
los «anteriores», aunque no a su recuerdo. La desventura
real no es más real que la dicha pretérita. Busco
un ejemplo más concreto. A principio de 1824, el capitán
Isidoro Suárez, a la cabeza de un escuadrón de Húsares
del Perú, decidió la victoria de Junín; a principios de agosto
de 1824, De Quincey publicó una diatriba contra Wilhelm
Meisters Lehrjahre; tales hechos no fueron contemporáneos,
ya que los dos hombres murieron, aquél en la ciudad
de Montevideo; éste en Edimburgo, sin saber nada el uno
del otro…66.


La temporalidad diferencial que Borges postula en este fragmento es análoga a la Ungleichzeitigkeiten que, en esos mismos años, se encontraba en estado de elaboración en los escritos de Ernst Bloch y que está en la base de muchos de los desarrollos de la crítica materialista de la cultura más cercana a nosotros. La refutación del tiempo no conduce, en Borges, a la negación de la historia, sino a la diferenciación de las temporalidades en términos de autonomía y de irreductibilidad. En última instancia, para Borges, «cada instante es autónomo», on lo cual se niega, por un lado, la idea misma de contemporaneidad, así como la sucesión lineal de temporalidad. La historia, en todo caso, no es una mera sucesión temporal, sino el producto de una serie de segmentaciones y de quiebres temporales.

Schlemihl http://diegobenti.blogspot.com/

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