Me hiciste entrar en tu muerte porque parecían flores.
Y los grumos se izaron sobre mí. Y las azafatas fueron
patrias que toqué con mis suelas. No vayas, suplicó mi
madre, no lo atormentes. Pero, ¿alguien me conoce menos
que yo? Sentí el río en mí. El río estriado en la zona de
las cortaderas. El agua larga de mi sueño. No lo conozcas,
porque vas a enviciarte y después, ni los poros de tu cruz
saldrán a flote. Mi cara estaba quieta. Piloteando el amor
sobre las cumbres, mi cara era un túmulo con pintas.
Y volvió a gritar mi sueño: ¡Cristóbal, Cristóbal,
es hora de cargar a Goeminne sobre nuestros hombros!
Y los grumos se izaron sobre mí. Y las azafatas fueron
patrias que toqué con mis suelas. No vayas, suplicó mi
madre, no lo atormentes. Pero, ¿alguien me conoce menos
que yo? Sentí el río en mí. El río estriado en la zona de
las cortaderas. El agua larga de mi sueño. No lo conozcas,
porque vas a enviciarte y después, ni los poros de tu cruz
saldrán a flote. Mi cara estaba quieta. Piloteando el amor
sobre las cumbres, mi cara era un túmulo con pintas.
Y volvió a gritar mi sueño: ¡Cristóbal, Cristóbal,
es hora de cargar a Goeminne sobre nuestros hombros!
Cecilia Romana. Un asunto tristísimo
en prensa por editorial VOX
1 comentario:
Eh, feliz cumpleaños, Romana.
Y felicidades a toda la editorial por los libros nuevos.
Tendré que esperar que alguien me los consiga en buenos aires en algún viaje.
¿Cuándo sale el tuyo en Vox? Leí algo en no retornable, ¡muy copado!
Y la tapa del libro de marina serrano, muy buena.
lorena, desde bahía blanca.
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