martes, febrero 13, 2007

Un poema de Heredia para recibir a Marina

La desconfianza

Mira, mi bien, ¡cuán mustia y desecada
del sol al resplandor está la rosa
que en tu seno tan fresca y olorosa
pusiera ayer mi mano enamorada!

Dentro de pocas horas será nada...
No se hallará en la tierra alguna cosa
que a mudanza feliz o dolorosa,
no se encuentre sujeta y obligada.

Sigue a las tempestades la bonanza:
sigue al gozo y el tedio y la tristeza...
Perdóname si tengo desconfianza

de que dure tu amor y tu terneza:
cuando hay en todo el mundo tal mudanza,
¿sólo en tu corazón habrá firmeza?

Este soneto de José María Heredia (Cuba 1803, México 1839), fue plagiado por José Gabriel de la Concepción Valdés en otro soneto al que llamó "A mi amada", introduciendo pequeñas variaciones.

9 comentarios:

sigamos enamoradas dijo...

Isolinita:
Hoy 19, 30 hs. Taller.

Anónimo dijo...

bueno!

Anónimo dijo...

Please, llevá el Triunfo.

Anónimo dijo...

Te entiendo, Heredia. A mí me acaba de pasar algo muy feo con el premio de La Nación. No es fácil explicar cómo nos sentiemos.

Anónimo dijo...

Sono quello chi ti a vendito questi zappatti. Ti ricordi di me, bella...

sigamos enamoradas dijo...

¡Claro que me acuerdo! Y fue casi amor a primera vista, digo, los zapatos y yo. Pero una pregunta ¿por qué trató tan mal a mis amigos?

Anónimo dijo...

¿saben qué es lo más doloroso de todo esto? la punta de esos zapatos

Anónimo dijo...

Perche sono cosí, romantico con te, pero cattivo con quei piccoli bastardi...
Ah, Romana. Sarai Romana también tú si te venís con me a Alta Grazia.

sigamos enamoradas dijo...

Está bien, está bien, iré, pero voy con Juan y Diego o nada.