miércoles, diciembre 16, 2009
Encuentro con Chirom
La sala está llena, hace un rato alguien me dijo: nadie tiene ganas, lo que se dice GANAS, de ir a un homenaje, uno va por la gente, por agradecimiento, uno hace lo que tiene que hacer” Le faltó decirme que uno después no se arrepiente de haber ido, es más, hasta se siente feliz de reencontrar aquello que lo vinculaba, que lo vincula, descubrir que la trama que sostenía el cariño sigue armada, la trama se sostiene por sí misma en una pared de poesía.
“Que en cada oración / encuentre mi reino”
León Gieco canta una canción que le gustaba a Daniel, dice: “todo está cargado en la memoria” Pide por favor que no aplaudan al cantante, una o dos personas lo hacen, supongo que llegaron tarde.
“Todo recomienza /el que ama se pierde”
Delia Pasini dice que Daniel significa: Él que trasmite la voz de los demás. Y cuenta cosas, cuenta cómo en Bartolomeo Daniel entonó un poema de candelabros, cómo se emocionó (no contó que me dio la oportunidad de mostrar mi arrepentimiento y conocer la verdadera grandeza de su alma) Daniel decía: un solitario muro delata nuestra intemperie. Lo recuerdo muy bien, mi amiga había conocido al padre de su hija en esos días.
“Las puertas de lo invisible / Son visibles”
Jorge Aulicino recordó, así como de-repente o porque lo recordó nomás o vaya a saber por qué, palabras de Raúl Gonzales Tuñón: “Decir he conocido es decir algo ha muerto” y también dijo Aulicino: compartimos la misma aventura literaria aunque no habitamos las mismas corrientes. Daniel me impulsó a acompañarlo en un bar de San Telmo, “la peluquería”, en los últimos años de la dictadura… era una suerte de respiradero.
“Es necesario renacer / donde el corazón yace”
Aulicino recordó la forma democrática en que se movía, y agregó: Voy a leer el réquiem para Philip Marlowe; como no encontré el libro en la biblioteca de mi casa, lo busqué en internet donde descubrí que es popular.
“Los amantes carecen de sombra”
Delia Pasini leyó un poema inédito de Daniel, sólo anoté versos salteados (no soy un grabador humano, tengo el defecto de quedarme estacada en la línea) Decía:
“…que la poesía es el arte de curar las heridas… Todo aquello que sucede, me sucede… Sólo a partir del afecto puedo… Ninguno de mis poemas tiene menos de 60 versiones… Un nuevo poema es un nuevo ser en el mundo… la poesía no sirve, la poesía es”
“La poesía ES” Así terminó el homenaje protocolar, el encuentro siguió, las palabras machacan como dolores de cabeza. Me voy como quien no quiere la cosa, no digo nada, ni chau siquiera, voy a seguir creciendo, es la mejor forma de agradecer (le)
“Soy un atrio de recuerdos /un hábito de mí mismo / el ritmo que franquea el sentido”
viernes, diciembre 11, 2009
miércoles, diciembre 02, 2009
El Ella Real -un poema y las reflexiones de mi gata
Ahora, a dieciséis años de no escupir al caminar
A dieciséis de no mear en los potreros, ahora que
El Lito espera un hijo, que Haroldo va por el
Segundo; ahora que el Preso se mudó y no lo
Veo; ahora, que caigo en la cuenta de que al Rodi
Hace diez años lo mataron dos veces: la primera
Por error, la otra jugando; ahora, que no puedo, que
No puedo: al barrio no vuelvo por miedo a mí
Mismo, porque ahora el chico es un ilustrado que
Asiste a la academia y evita ensuciarse los zapatos; ahora
que la licenciada en ciencias psicológicas Erzetic Paula
Diagnosticó neurosis, y el psiquiatra no se pone de acuerdo
Con la enfermedad y la droga para la cura; ahora, que es
Un intelectual convertido, un converso pibe del barrio Colón
Que antes escupía y meaba el portón de cualquier vecino, ahora
Que sufre porque de las palabras no se vuelve: el siete de octubre
Laura soñó le decía: no quiero más esto, Laura, no quiero más esto.
Ignacio Uranga
de El Ella Real (Hemisferio Derecho ediciones)
lunes, noviembre 30, 2009
En el orden de lo compartido
“El libro de los celos”, de Cecilia Romana. Ediciones en Danza, Buenos Aires, 2009.
La primera pregunta que plantea “El libro de los celos”, poemario de Cecilia Romana que obtuvo el segundo premio del Premio Fondo Nacional de las Artes 2008 y que acaba de publicar Ediciones en Danza, es la pregunta acerca de las condiciones de la escritura o, mejor, acerca del surgimiento de lo poético. “No soy Frost, que de una manzana hace un poema”, dice uno de los versos del libro. Para Romana, escribir no es exactamente un modo de observación de uno mismo, de exploración interna de un yo (un trabajo, en fin, estrictamente lírico), ni tampoco un ejercicio de vaciamiento, de espera y de observación objetiva del mundo. Por el contrario, escribir parece ser un trabajo de elaboración de un sujeto, de transformación, de constitución de la palabra en relación con una experiencia.
Esa “experiencia” en “El libro de los celos”, tiene un doble rostro. Es, en principio, la convivencia matrimonial, de proyección de una comunidad amatoria, con sus tensiones y con sus conflictos, con sus convergencias y desequilibrios (“rogaba por / San Bailón, por la Cascia, por Tours, que / no se te escapara la palabra “montonero’ en / casa”). La pregunta por la escritura se configura, en este sentido, también como una pregunta acerca de la posibilidad de construir algo del orden de lo compartido: la pregunta, si se quiere, por la comunidad. No por la comunidad de los ausentes o la comunidad de muerte, la comunidad de la distancia expresada en los ecos sombríos de Tristán e Isolda que encontramos en la línea de los pensadores comunitaristas desde Georges Bataille hasta Maurice Blanchot o Jean-Luc Nancy, sino la pregunta por la comunidad de los presentes, la pregunta por el matrimonio, que supone la presencia corporal del otro. Que supone el amor, también, a un cuerpo.
El poemario es, a la vez, elaboración de la experiencia de la distancia. Hay como un aire de enrarecimiento que campea sobre estos poemas, un aire que se entrama con la extrañeza y con el surgimiento, en algún lugar, de lo cotidiano y, al mismo tiempo, de lo extraño. Como en un relato de Silvina Ocampo o en una película de Polanski, la casa es el lugar en que se vive pero que, en cierto punto, plantea algún tipo de distancia con respecto al habitar, algún resto inhabitable (“el inquilino anterior tocaba el piano eléctrico. / Instaló enchufes por todas partes. La mayoría funciona”). La pregunta es ahora: ¿hasta qué punto este lugar puede ser del todo habitado; hasta qué punto la escritura de estos poemas no es, precisamente, la escritura de un hiato entre el lugar cotidiano de la vida conyugal y el lugar ajeno, en algún punto hostil, de la vida?
Este hiato se escribe proyectando una forma. El verso de Cecilia Romana es, en este sentido, un verso cortado, un verso tensionado por el corte sintáctico brusco y por la distribución imprevisible de los silencios, como si la cesura, la distancia de la voz, el vacío en el que el verso respira, tendiera a desplazarse siempre un poco más adelante.
La respuesta formal de Romana es una respuesta irreductible a las líneas más difundidas de la poesía que se escribe en la Argentina en estos años. No es la respuesta fácilmente estridente, la respuesta que desconfía de las posibilidades de la métrica para pensar en un ritmo absolutamente intuitivo, manifiestamente disforme, como aparece en gran parte de la poesía de los 90 y en sus epígonos. No es tampoco la respuesta formalista, pura, anquilosada en un verso medido con escrúpulo, que pueda adoptar a veces los rasgos de la parodia de una tradición perdida. El verso de Cecilia Romana es un verso que busca su forma en la exploración de un aliento largo, en la exploración de una dimensión del decir poético que se apoya en cortes internos y que discurre en medidas algo más extensas, en versos de trece, de catorce y hasta de quince sílabas. Es, pues, un verso de largo aliento, con momentos de hexámetro latino (“La ventana de nuestro cuarto da a un patio interno”), el verso elegíaco de amor y de recuerdo, de distancia y ausencia.
La poesía de “El libro de los celos” no es ni lirismo concentrado ni objetivismo encandilado por la fuerza de lo real inexpresable que destruye los ojos, sino ascesis, conocimiento de sí, comunidad.
http://www.ellitoral.com/index.php/diarios/2009/11/28/arteyletras/ARTE-02.html
lunes, noviembre 16, 2009
Elba Serafini en el Mocca
Oruga o mariposa
te quedás adentro o afuera.
Afuera está el mal, me advirtieron
pero no les hice caso
y desplegué las alas más buscadas
por los coleccionistas.
La primera vez que crucé el Río de la Plata
la embarcación
con asientos de madera
hacía su último viaje.
El sol blanqueaba el agua
al nivel de las ventanas
y una muchacha negra
me hablaba, entre pasajeros
con grandes bolsos.
El viaje transcurrió
asombrosamente plácido.
En el puerto transbordamos a un micro
y la geografía fue
una ruta eterna.
¿Cómo saber cuándo se llega
a un lugar desconocido?
El hotel recién pintado
con balcones celestes
como mi vestido
de los veinte años.
(Era diciembre y era el viento).
Dinamarca, Elba Serafini (sigamos enamoradas)
También pueden encontrar los libros de Elba Serafini en ETERNA CADENCIA.
martes, noviembre 03, 2009
el jabalí
La revista ilustrada de Poesía El Jabalí viene ocupando, desde 1993, un lugar destacado en el ambiente a fuerza del respeto por la mejor tradición poética y una constante apertura no sólo hacia poetas poco conocidos o injustamente olvidados sino también hacia nuevas expresiones.
Desde hace más de quince años El Jabalí es editada ininterrumpidamente gracias al esfuerzo realizado por su creador Daniel Chirom, quien falleció en diciembre del año pasado habiendo dejado prácticamente listo el número 19 de la revista.
El Jabalí inaugura una nueva etapa de de la publicación bajo la supervisión del Consejo de Redacción --compuesto por Roberto Raschella, Delia Pasini y Juan Pablo Bertazza--, que intentará homenajear el destacado trabajo de Chirom de la manera que él mismo hubiera querido: realizándola
El número 19 de El Jabalí será presentado el jueves 5 de noviembre a las 19 hs en el Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini (Corrientes 1543), espacio Juan L. Ortiz, sala Laks, 3er piso.
lunes, octubre 19, 2009
lunes, octubre 12, 2009
Horacio Fiebelkorn
Fue William Harvey quien descubrió
la circulación de la sangre, y junto a ello
la idea de pensar a una ciudad
como un cuerpo humano, donde fluyen
aire, gentes y divisas para crecer.
Y fue Platner el que dijo que la sangre
era al cuerpo lo mismo que el aire
a la ciudad, y que cualquier clase de peste
se difundía en el éter y dejaba montañas
de muertos tras de sí. De ese modo explicaron
la epidemia de fiebre amarilla en Buenos Aires:
una atmósfera envenenada por la acción del Pampero
que arrojó a la ciudad gases nocivos
procedentes de materia descompuesta.
Tuvo que inventarse el ventilador.
Y nació, por lo mismo, el héroe médico,
dador de bienaventuranza, liberador del yugo
de las epidemias, combatiente de vanguardia
de una nueva era. Dijeron entonces que el aire
debe oxigenar las ciudades, cuyas calles
tendrán que ser rectas, paralelas, perfectas,
perpendiculares, sin huecos ni meandros
que lo desvíen o favorezcan huecos a las putas
u otras fuentes infecciosas, y muchos árboles
que serán los pulmones de un nuevo amanecer.
La salud, la belleza, el orden y el progreso
serán la misma cosa. El nuevo urbanismo
tendrá por armas el jabón, la vacuna y la
ventilación, y por estandarte la salud,
contra la incivilidad y la barbarie. Fue así
que se levantó la nueva ciudad, en la nada completa,
donde se puso la piedra fundacional
junto a un cofre lacrado lleno de objetos
de valor –un estetoscopio, una jeringa,
sondas, vendajes, chatas, papagayos, medallas,
monedas, vino- ceremonia que tuvo
por testigos, dicen, a las más altas autoridades
de la política y la salud, y a un grupo de indios
que no entendían nada, aunque se supo:
hubo sólo funcionarios de segunda línea,
no vino el presidente y tampoco los ministros,
y hubo que dar encargo de dibujarlos
en los retratos que luego se difundieron
ante la historia, la posteridad, las generaciones futuras,
etcétera, etcétera.
martes, septiembre 29, 2009
en You Tube...
palabras clave:
Festival Poesía Centro
Cecilia Romana
Horacio Fiebelkorn
Marina Serrano
http://www.facebook.com/l.php?u=http%3A%2F%2Fwww.youtube.com%2Fwatch%3Fv%3DGm2qrujAGVs&h=b0efd7e854eb3e32c6137b2b5dbc0818http://www.youtube.com/watch?v=lAYtpX315uAhttp://www.youtube.com/watch?v=p6RqFL7u4CAhttp://www.youtube.com/watch?v=K7NQcX4YPhIhttp://www.youtube.com/watch?v=uHTYaMTOxbk
http://www.youtube.com/watch?v=-ZI9XORo8k8
Festival Internacional de Poesía en el Centro
Uno de los poemas que leyó Fernando Noy:
La patria
Triste canción, pequeña,
tan fugaz,
herida abierta a las ciudades,
pueblo,
corazón sin rumbo.
Reina plateada de corona ausente,
sumergida en las aguas
que ocultan la razón.
La pastilla de la felicidad
es un barco que navega
el territorio mudo.
Todos los padres te golpean
y no piden perdón.
Todo tu cuerpo es un gran río
que cambia de discurso.
Y entre el asfalto y las estrellas y el desorden,
nos queda la canción:
callado sueño vacío
bajo el barro de la desesperanza.
Y nuestro rezo,
única y amordazada voz,
temblorosa,
desnuda.
TALLER DE ESCRITURA coordinado por Mercedes Araujo y Mariana Docampo
Inicia: Miércoles 7 de octubre 19.30hs. en Librería Otra Lluvia (Bulnes 640)
Duración: 8 reuniones de 2 horas
Costo: $120 mensual
El taller se propone alentar la experiencia de la escritura, motivando la reflexión crítica sobre la propia obra y ampliando las posibilidades líricas o narrativas mediante la incorporación de recursos técnicos y la preocupación sobre el proceso creativo.
En forma conjunta con el debate y el análisis de los textos que se produzcan en el marco del taller se propondrán lecturas que guíen y enriquezcan la experiencia literaria y que amplíen las perspectivas de escritura y creación.
Temas a abordar: ¿Por qué se escribe? ¿Para quién? ¿Para qué? ¿De qué? El Relato y la crisis del relato. ¿Quién narra y cuál es su lugar en el mundo ficcional? El lenguaje como vía de expresión. El límite del lenguaje.
Lecturas propuestas por el taller: El amante de Marguerite Duras (novela). Textos elegidos de: Italo Calvino, Rainer Maria Rilke, Peter Handke, Sei Shonagon, Marcel Proust, Flannery O’Connor, Franz Kafka, Clarice Lispector, Virginia Woolf, John Cheever, Cormac Mc Carthy, Arthur Rimbaud, Andres Caicedo.
Mercedes Araujo publicó los libros de poesía Ásperos esmeros (Ediciones del copista, 2003, Córdoba), Duelo (Ediciones en Danza, 2005, junto a Cecilia Romana y Carolina Esses) y Viajar sola (Editorial Abeja Reina, 2009). Sus textos forman parte de las antologías Poesía de la Feria , Catálogos- Fundación El Libro, (2000), Hotel Quequén Poesía (Sigamos Enamoradas, 2006), Poetas argentinas 1940-1960 (Ediciones del Dock, 2008). La novela Tiempo Salvaje obtuvo una mención del Fondo Nacional de las Artes en 2005.
Mariana Docampo es licenciada en letras por la Universidad de Buenos Aires. Publicó el libro de cuentos Al borde del tapiz (Simurg 2001) y El Molino (Bajo la luna, 2007), que recibió el segundo premio del Fondo Nacional de las Artes y salió finalista en el concurso de la Biblioteca Nacional 2007. Algunos de sus textos fueron editados en antologías, la última de las cuales es Comer con la mirada (Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos, 2009). Coordina talleres literarios de lectura y discusión de textos y colabora con notas y traducciones en revistas independientes y en el Diario Pagina 12.
INFORMES: mercedes_araujo05@yahoo.com.ar / 1550202037
mariandoc73@hotmail.com / 1532526894
Librería Otra Lluvia: Bulnes 640 / 4866-4440 / contacto@otralluvia.com.ar
miércoles, septiembre 23, 2009
Festival Nacional Poesía en el Centro
1ª jornada (jueves 24, 18 a 22). Sala Laks (3º piso).
martes, septiembre 01, 2009
Feliz Cumpleaños Cecilia Romana!
Nos devolvemos favores. Cada cual a su modo,
con las máquinas repletas de archivos viejos.
Te vas tan temprano que casi no tengo oportunidad
de verte. Oigo el chirrido de la canilla, el plaf de la tapa
del inodoro que se te resbala de los dedos. con eso
me quedo conforme. Algo me dice: el sacrificio de
los dos va a parar a la misma bolsa. Irte a las siete;
soportar a un perro que no es tuyo y mis celos. Por mi
parte, sé cuánto conviene el silencio en determinadas
situaciones; perfeccioné el arte del planchado; hago un ovillo
con los pelos que quedan en el lavatorio para que no los veas.
Cada cual a su modo cumple una parte. Somos
agradecidos. Hace cuatro meses no te hubiera preocupado
la titularidad de una escritura, ni a mí que los puños
de tu camisa estén tan lisos como el resto de la manga.
de "El libro de los celos"
En Danza, 2009.
Cecilia Romana nació en Buenos Aires en 1975. Publicó: Flota, hangares y otros trabajos mecánicos, 2004; Duelo –en colaboración-, 2005; Aviso de obra, 2008 (Premio de Poesía Iberoamericana Sor Juana Inés de la Cruz, México, 2006); No lo conozcas, 2007 (Premio Internacional de Poesía Jaime Sabines, México, 2006). Bajo su curadoría, el sello Sigamos Enamoradas, del que es editora, publicó la antología de poesía argentina Hotel Quequén, en 2006, y la antología de narrativa nacional Hotel Quequén II, en 2008, y Hotel Quequén III, Mosaico poético Latinoamericano, 2009. Sus poemas han sido traducidos al francés en Canadá (Exit) y Bélgica (Maison de la poésie). Colabora con varias revistas nacionales y extranjeras. Es licenciada en Artes y Ciencias del Teatro.
miércoles, agosto 19, 2009
sábado, agosto 08, 2009
lunes, agosto 03, 2009
jueves, julio 30, 2009
sábado, julio 11, 2009
Enrique Butti
SOBRE LOS BAILES
Yo, en cambio,
odio las fiestas con baile, dijo,
incluso de joven, cuando
no dejaba de bailar una pieza.
Las odio porque
nunca,
ni en la iglesia –vos sabés
que soy creyente–
ni en mis caídas depresivas
o en mis periódicos enclaustramientos
pienso tanto como durante un baile,
pienso en todo
con una lucidez
que me desconozco,
insoportable,
veo, pienso y veo,
y lo que veo y pienso
no es alegre,
aunque estemos bailando
esos sambas brasileños
que a vos te enloquecen.
En cada uno que miro
en cada bailarín, en cada invitado
veo que su destino
le presenta –le presentó o le presentará–
un momento
superior
a sus fuerzas.
Para algunos
será
el momento de la muerte
propia o de otros,
para algunos
ese momento ya pasó
y llevan la marca del espanto
mientras brincan
y ríen bailando un rock.
Y finalmente pienso en mí
y enumero –los enumeraba
ya de joven– mis espantos,
mis muchos espantos,
y deduzco que si son tantos
es porque todavía falta
aquel que los sepulte a todos,
y me estremezco
mientras doy vueltas
y me aplauden porque dicen
que bailo muy bien.
Y su interlocutor,
a quien le gustaba bailar,
replicó –no, no replicó,
aceptó el argumento y agregó–:
Es verdad que hay en el baile
una alegría grave
y ahora que lo pienso
es verdad
que en el baile personas y cosas
se manifiestan
con rara intensidad;
lo que yo creo descubrir
es lo que afirma
aquel poema precolombino
acerca de que las personas nacen,
echan una o dos flores y mueren.
Algunas llevan su flor enhiesta
–lirio, cala, orquídea,
o rosa entre espinas–
o arrastran la memoria
de un antiguo esplendor
o dejan adivinar
la aparición de un pimpollo
o están ahí
envejeciendo en la espera
y desesperando
de una posible esterilidad.
Aquel poema dice que no,
que no venimos a vivir sobre la tierra,
que venimos a soñar,
que somos como una planta
que nace, crece, da su flor,
marchita y muere.
Y claro, en ese extraño equilibrio
de seguir adonde arree la música
–che, que a mí también me aplauden
cuando bailo–,
en ese difícil equilibrio
de movernos como sólo nos movemos
en el momento de nacer
o en el momento de jugar o copular
o de la agonía quizás,
uno da un salto
y tira adelante los brazos
y abre los puños
como si lo que pudieran desparramarse
fuesen estrellas,
y entonces, ahí está, florece
cada cosa, cada bailarín,
prado o desierto de hielo.
Así que aunque te cueste
aunque tengas que fingir
que te brota un manojo de pétalos y lunas
en la punta de cada cabello,
me inclino, te ruego
que salgas
conmigo al ruedo.
sábado, julio 04, 2009
José Villa
"Vacío y lleno de basura está el corazón del hombre"
Se viene una tormenta y del otro lado
está claro hacia el puerto nuevo, en el sur
no se sabe si es nubarrón o mugre,
pero viene una tormenta del oeste,
las señoras están descolgando algo
que se parece a papeles
...
José Villa. Camino de Vacas. Gog y Magog
(altamente recomendable - 5 enter)
miércoles, julio 01, 2009
Postergamos la presentación por gripe.
martes, junio 16, 2009
Reseña: Viaggio In Italia, antología de poesía italiana contemporanea, de Diego Bentivegna
Por Delio Galizzi
“Viaggio in Italia”, antología de poesía italiana, de Diego Bentivegna. Sigamos Enamoradas, Buenos Aires, 2009.
La verdadera justificación de cualquier antología no atañe al más o menos amplio panorama que se logra del campo en el que se ha elegido el ramillete (o para decirlo más toscamente, en el que se ha buscado separar el trigo de la cizaña), ni a la capacidad de individualizar flores recién despuntadas o, en la vertiente opuesta, preocuparse por acumular nombres prestigiosos (prestigio que, como en un chiste de Bustos Domecq, podría provenir de la suerte de haber figurado en una primera antología, copiada por las que le sucedieron, figurando así in saecula saeculorum).
La razón de una antología radica en abrirla al azar y que cualquier texto de cualquier autor nos encante y, en el mejor de los casos, nos instigue a rastrear su nombre y el resto de su obra. Que vuelta a abrir al azar la antología, otro texto vuelva a encantarnos. Es entonces que podemos entregarnos a merced del buen compilador.
Si a esa virtud sumamos la de que el compilador es también el traductor e introductor de los autores y textos seleccionados, la confianza que pueda ganarnos es todavía más valiosa. Es lo que acontece en “Viaggio in Italia” (título que remeda el de aquel film extraordinario de la segunda etapa, intimista y “maldita”, de Roberto Rossellini, anterior a la tercera aún más incomprendida, de sus filmes didácticos), antología en la que Diego Bentivegna presenta, introduce y traduce a ocho poetas italianos contemporáneos, “consolidados entre fines de los “70 y fines de los “80”: Mario Benedetti (a no confundir con el uruguayo recientemente fallecido), Massimo Bocchiola, Antonella Anedda, Fabio Scotto, Anna Lamberti-Bocconi, Tiziano Scarpa, Florinda Fusco y Tiziano Fratus. Vale acotar que no se revela en los textos presentados una poética o una mirada generacional que asocie a estos autores, ni siquiera en el uso de una lengua que, como la italiana, presenta siempre la posibilidad de recurrir a las inflexiones dialectales.
Bentivegna prefiere llamarse a sí mismo curador (acorde con el término italiano que define al seleccionador y traductor de una antología: “curar el texto es explorarlo, como quería Contini, auscultándolo, concentrándose en él para percibir los distintos ritmos que lo habitan”), y ese carácter lo ejercita con solvencia y éxito tanto en la elección de los poemas como en la traducción guiada por la idea del “transmutare” con que Dante concibe al fenómeno: “Desde la perspectiva de Dante, no se trata ni de dejarse llevar por el texto del otro (¿el otro del texto?) en tanto otro ni de asumir la voz del otro en la propia voz, hasta hacer de esa otredad un mero timbre vocal, sino de someterse a uno mismo y al texto del otro a un proceso de cambio, a una gimnasia de mutación que se corresponde, como ha subrayado el filólogo Gianfranco Folena, con una concepción sustancialmente cristiana. Transmutar, en efecto, “es el verbo que indica el devenir y el mutar de las cosas humanas sometidas a la fortuna, como la lengua, las costumbres, las leyes y la sociedad’”.
En la cuidada edición acompañan a la versión bilingüe de los poemas una introducción previa general, y una concisa pero contundente presentación de cada uno de los autores.
http://www.ellitoral.com/index.php/diarios/2009/06/13/arteyletras/ARTE-03.html
jueves, junio 11, 2009
Nico Peyceré en la Casa de la lectura
Conversan con nosotros los narradores:
Vanesa Guerra (La sombra del animal), Cristian Rodríguez
(Madrugada negra),
entrada libre y gratuita
Casa de la Lectura - Lavalleja 924 - tel: 5197 5084
Cristián Rodríguez (Buenos Aires, 1965) es escritor y psicoanalista. Como narrador y poeta obtuvo diversas distinciones en concursos nacionales y provinciales desde comienzos de la década del noventa. "Madrugada negra", su primera novela publicada, resultó ganadora del Premio Biblioteca Nacional de Novela 2007, con un jurado integrado por Luis Gusmán, Martín Kohan y David Viñas.
Nicolás Peyceré, médico y escritor nacido en Buenos Aires, publicó ya en los años sesenta los primeros textos. Su obra editada comprende los libros de poesía Almotamid, Sísara y Juan y Poemas elegidos; las novelas El evangelio apócrifo de Hadattah, La explicación, Las muchachas sudamericanas y Los días sentimentales (estas dos últimas publicadas por Adriana Hidalgo editora) ; y un ensayo semántico filosófico, Additamenta.También escribió los artículos "La redundancia", "La novela de la mirada", "Encuentro" y "Las doce reinas", que aparecieron en revistas literarias y de psicoanálisis.
Vanesa Guerra Licenciada en psicología (USAL 1988); ejerce como psicoanalista en la Ciudad de Buenos Aires. Los ensayos que ha publicado en medios digitales y gráficos rescatan y recrean los cruces entre la literatura, el arte y el psicoanálisis. En 1993 funda y dirige junto a Sergio Rocchietti la Revista Transdisciplinaria Con-versiones actual propuesta de tránsito y devenir entre disciplinas. Publicó La sombra del animal- cuentos. Editorial Bajo La Luna. Bs.As, noviembre 2008 (Libro con el que obtuvo el Primer Premio género cuento del Fondo Nacional de las Artes 2007), El Síndrome délfico y su imprecisa conexión con las Jirafas (Antología “Ir al médico” –Edinexus, Málaga, España, 2004)
Metáforas del Lunar Conyugal -cuentos. Editorial Nueva Generación, Bs. As, Abril 2000.
lunes, junio 08, 2009
Ayer, Lectura en el CCMocca
lunes, junio 01, 2009
LECTURA DE POESÍA: Cassara- Serrano- Vinderman- Martínez
JUNIO 2009
Abrió el Centro Cultural Moca
nuevo polo cultural en la zona SUR de la Ciudad
LECTURA DE POESÍA, en el Auditorio de CCMOCA
El DOMINGO 7 de junioa las 17
Leen:
Walter Cassara
Presentadora invitada: Laura Chalar
jueves, mayo 21, 2009
Zurita. Siempre Zurita.
Ahora Zurita —me largó— ya que de puro verso y desgarro te pudiste
entrar aquí, en nuestras pesadillas; ¿tú puedes decirme dónde está mi
hijo?
—A la Paisa
—A las Madres de la Plaza de Mayo
—A la Agrupación de Familiares de los que no aparecen
—A todos los tortura, palomos del amor, países chilenos y asesinos:
Canté, canté de amor, con la cara toda bañada canté de amor y los
muchachos me sonrieron. Más fuerte canté, la pasión puse, el sueño,
la lágrima. Canté la canción de los viejos galpones de concreto. Unos
sobre otros decenas de nichos los llenaban. En cada uno hay un país,
son como niños, están muertos. Todos yacen allí, países negros, áfrica
y sudacas. Yo les canté así de amor la pena a los países. Miles de cruces
llenaban hasta el fin el campo. Entera su enamorada canté así. Canté el
amor:
Fue el tormento, los golpes y en pedazos
nos rompimos. Yo alcancé a oírte pero la
luz se iba.
Te busqué entre los destrozados,
hablé contigo. Tus restos me miraron y yo
te abracé. Todo acabó.
No queda nada. Pero muerta te amo y nos
amamos, aunque esto nadie pueda enten-
derlo.
—Sí, sí miles de cruces llenaban hasta el fin el campo.
—Llegué desde los sitios más lejanos, con toneladas de cerveza
—adentro y ganas de desaguar.
—Así llegué a los viejos galpones de concreto.
—De cerca eran cuarteles rectangulares, con sus vidrios rotos y olor
—a pichí, semen, sangre y moco hendían.
—Vi gente desgreñada, hombres picoteados de viruela y miles de
—cruces en la nevera, oh sí, oh sí.
—Moviendo las piernas a todos esos podridos tíos invoqué.
—Todo se había borrado menos los malditos galpones.
—Rey un perverso de la cintura quiso lomarme, pero aymara el
—número de mi guardián puse sobre el pasto y huyó.
—Después me vendaron la vista. Vi a la virgen, vi a Jesús, vi a mi
—madre despellejándome a golpes.
—En la oscuridad te busqué, pero nada pueden ver los chicos lindos
—bajo la venda de los ojos.
—Yo vi a la virgen, a Satán y al señor K.
—Todo estaba seco frente a los nichos de concreto.
—El teniente dijo "vamos", pero yo busco y lloré por mi muchacho.
—Ay amor
—Maldición, dijo el teniente, vamos a colorear un poco.
—Murió mi chica, murió mi chico, desaparecieron todos.
........
http://www.ypoemas.com/R/Raul-Zurita.htm
miércoles, mayo 20, 2009
Julio de Presentación
Presentación:
Hotel Quequén III. Mosaico poético latinoamericano.
Cecilia Romana.
Viaggio in Italia. Ocho poetas italianos contemporáneos
Diego Bentivegna.
Cuaderno del no hacer nada
Roberto Malatesta
Guiraud Libros, Cnel. Diaz 1942 (a una cuadra de Honduras)
sábado, mayo 16, 2009
Feliz Cumpleaños Gabriela Sabatini
que Gabriela Sabatini golpeaba a una chica
en un vestuario.
Miento, no la golpeaba
era un “como si”
sostener el cuerpo contra la pared,
tirar piñas a lo loco
y oír el ruido seco de su mano izquierda
rompiendo la cerámica
produjeran todo el espanto de lo real
que, en efecto, producían.
Con la víctima colgando del brazo y cara de obviedad
(porque para ella era más que obvio) dijo:
Y claro, cómo iba a saber
que vengo de un pueblo con veinte casas,
dos calles de asfalto
y una cancha de futbol sin baños,
igual,
no es tan difícil comprender:
Había sido golpeada y quería desquitarse.
Ahora, que estoy despierta
o algo más lúcida -porque es cuestión de tiempo
deshacerse de la prolongada nausea visual-
me pregunto:
¿Comprendo a Gabriela Sabatini?
No, mentiría si dijera que alguna vez la vi
jugar un partido completo,
no la conozco,
sé
que solía sentir que nos parecíamos
que tenía la misma facilidad que yo
para perder, sí
por momentos sentí que nos parecíamos,
aunque fuera la exitosa y yo nada
o bueno, en realidad, pudo habernos unido
ese no querer más
o algún darse
por vencida.
Dicen
que es una de las mujeres más lindas del mundo
no sé, no la conozco
pero mi amiga, que la vio en el shopping,
cree que tiene una piel increíble
y no por eso dejamos de compartir algo:
un cuarto propio, Virginia Woolf, quizá
seguro, no tenemos la misma belleza
pero por momentos
de vez en cuando, siento que nos parecemos
en eso de parecer distintas
y en la torpeza.
Mi abuelo me decía: jugá al tenis, nena.
Y yo dale que no, que en lo mío iba a ser número uno,
pero cuánta razón tuvo:
una cosa es el tenis, y otra muy distinta
es no ser
nunca jamás de los jamases, Gabriela Sabatini.
Cómo no sentir
que nos conocemos -mejor dicho
que la conozco- desde siempre
si hasta podríamos haber vivido
en el mismo lugar, en el mismo momento
pero a una de las dos le tocó ser la hija del sodero
y no fue a ella, y eso no quita que sienta
que en esa incapacidad de ser feliz
nos parecemos, me pregunto
(y eso es una constante):
por qué se levanta cada mañana Gabriela Sabatini
qué se dice al espejo, qué espera del día, de los años
qué siente cuando la tratan como a una modelo,
empresaria, muerta, muerto
ese algo grande,
que pasó, y fue grande, grandioso
pero pasó
¿pensará en el amor? ¿Tendrá un amor?
Porque si lo tiene, entonces sí:
¿qué pensará cada mañana Gabriela Sabatini?
Digo, siento
que nos parecemos, y es una locura
pensar que hay algo de ella en mí,
ella la tan linda mujer de talento con dientes blancos,
dulzura, carisma, éxito, secretaria,
bueno, puedo tener secretaria pero
me rompería bastante las pelotas
que se metan en mi vida
y no puedo evitar
este largo ponerme triste cuando pienso en ella
porque por alguna razón, aunque sea una razón encarnada,
creo que nos parecemos
y yo soy tan visceralmente triste,
sola
metida para adentro
fue justo anoche,
soñé que Gabriela Sabatini me regalaba unas pastillas Halls,
y al despertar era su cumpleaños,
podría no ser
otoño y que hubiera una desconocida
hablando por un juguete
hecho de latas e hilo choricero,
podría no ser
pero gracias a Dios y a todos los santos,
entreverados hasta el tuétano,
Gabriela Sabatini nace otra vez.
(Alazán Tostado, antes muerto que cansado)
Marina Serrano
viernes, mayo 15, 2009
sigamos enamoradas
Cúspide Libros: http://www.cuspide.com/
Giraud Libros: Av. Coronel Díaz 1492
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lunes, mayo 11, 2009
¿Conoce usted a Bialet Massé?
http://www.ellitoral.com/index.php/diarios/2009/05/09/arteyletras/ARTE-02.html
Tal vez, un día remontando la Ruta 38 rumbo a La Falda o Capilla del Monte, usted se topó con este pequeño municipio que lleva un nombre de origen catalán. Quizás no prestó atención al cartel de bienvenida y recién se preguntó quién fue este personaje cuando vio a mano izquierda, al borde del asfalto, el fabuloso horno cónico revestido en piedra sapo que él levantó, y donde se cocieron cementos sin igual, gracias a los que se erigieron obras faraónicas en Córdoba, de las cuales la más famosa es, sin duda, el Dique San Roque.
Juan Bialet Massé fue un entusiasta y también un trabajador incansable. Nació en Mataró, España, en 1846. Estudió medicina, se casó, tuvo un hijo y al poco tiempo quedó viudo. Cruzó el océano en 1873, solo, para instalarse en Mendoza donde fue nombrado vicerrector del Colegio Nacional. En 1874 contrajo nupcias con Zulema Laprida, nieta del ilustre presidente del Congreso de Tucumán de 1816, y comenzó, casi sin quererlo, su largo derrotero por las provincias argentinas, en busca de un sueño que se le escapó de las manos indefectiblemente. Su historia, como tantas otras, es la de un olvidado, la de un hombre que apostó no sólo su peculio, sino la seguridad de su familia para ver el progreso de un país que ni siquiera era el suyo. ¿Y qué obtuvo a cambio? Un año de cárcel, deudas irremontables con el Estado argentino y, lo peor de todo, que ya nadie lo recuerde.
Hay un viejo hotel en La Falda que tampoco está de moda. Se llama Edén y es una ruina. Por estos días, la edificación se parece más a un esqueleto de material que a lo que supo ser: el hospedaje exclusivo de la aristocracia vernácula decimonónica. Pagando una entrada que no es módica, porque están “en obras”-, usted puede acceder a una visita guiada de casi media hora. El guía que le caiga en suerte, le contará la historia fantástica de los tiempos dorados y la posterior y negra realidad de pillaje vecinal que arrasó hasta con las bañeras de hierro. No hay allí muebles originales, salvo una mesa octogonal de roble que no pudieron llevarse porque está atornillada al suelo. Esa tierra de nadie, que ahora regentean tres empresarios locales con ansias de convertirla en un complejo utilizable, antes de 1892, fue propiedad de Bialet Massé. Sí, ese mismo lote le perteneció al constructor, aunque repentinamente haya tenido que venderlo por la acumulación de deudas. Lo mismo le ocurrió con los terrenos donde se levantaba La Primera Argentina, su fábrica de cales hidráulicas, empresa fundacional de la construcción en el país de la que sólo queda en pie aquel hermoso horno a la vera de la ruta. Este hombre, que trajo al mundo diez hijos, no era ingeniero, tampoco arquitecto. Ejerció la profesión de médico, fue docente, empresario e ideólogo de los canales de riego que asegurarían las siembras de vastas zonas de la provincia de Córdoba por décadas; estudió abogacía y defendió los derechos de los trabajadores del puerto rosarino. Pasados los sesenta años, volvió a las aulas y obtuvo el título de Técnico en Agricultura y Zootecnia. Todos estos datos bastarían para tener su nombre grabado en la memoria; sin embargo, hay algo más: a él se debe, en gran parte, la instauración de la jornada laboral no mayor a ocho horas -cuando a principios del siglo pasado, los obreros de ingenios, ferrocarriles y demás trabajaban de sol a sol- y el descanso dominical obligatorio. En 1904 apareció su impecable “Informe sobre el estado de las clases obreras en el interior de la República”, solicitado por el presidente Julio A. Roca, por medio de su ministro de Interior, el riojano Joaquín V. González. El volumen, reeditado en 2007 por Alción, sello cordobés que dirige Juan Carlos Maldonado, es un exhaustivo relevamiento de la situación laboral de las zonas más desposeídas del país. Una descripción milimétrica del escenario proletario de Santa Fe, La Rioja, Entre Ríos, Córdoba, Tucumán, en los tiempos en que la hegemonía del patrón y la proveeduría se llevaban los mejores años y la salud de los operarios.
En Córdoba es conocida la anécdota que relata cómo fue encarcelado Bialet injustamente. Es conocida, asimismo, la humillación a que se vieron expuestos él y su socio, el ingeniero Carlos Cassaffousth, cuando los acusaron de calcular mal el paredón del Dique San Roque. Bastó que un vecino gritara: “¡se viene el dique!”, para que ingeniero y constructor fueran encerrados por más tiempo de lo que dura un año. Al final, como en los cuentos más tristes, todo se resumió en una disculpa producto de intereses políticos y quién sabe de qué otra cosa, porque el Dique jamás se rajó ni se vino abajo; al contrario, resistió cuarenta años en perfecto estado hasta que fue reemplazado por el actual.
Bialet Massé fue un ejemplo, lo sigue siendo, porque, lejos de detener su puja en favor del país joven que lo requería, siguió esforzándose en complacerlo. Incluso, detrás de las rejas, dio soluciones básicas para el mantenimiento del Dique.
Hoy en día nadie lo recuerda, y parece que esa maldición que suele ensombrecer a los espíritus elevados, se ensañó con todo lo suyo.
¿Cuántos años de bonanza disfrutó el Hotel Edén? ¿Dónde estaban las autoridades que debían cuidarlo de la rapacería? ¿Por qué apenas queda su memoria? Quizás el misterio del derrumbe recaiga justamente en la posesión de esas tierras, donde todo cuesta el doble. O quizás sea otra la causa: la necesaria excepción a la regla de que nadie es profeta en su tierra. Tampoco en la extranjera, agregaría yo.
Hotel Edén, en La Falda, Córdoba. Foto: Archivo El Litoral
miércoles, mayo 06, 2009
Presentación: Viajar Sola
sábado, mayo 02, 2009
Jangadero (un fin de semana en todos los ríos)
río abajo por el alto Paraná.
Es el peso de la sombra derrumbada,
que buscando el horizonte bajará.
Río abajo, río abajo, río abajo:
a flor de agua voy sangrando esta canción.
En el sueño de la vida y el trabajo
se me vuelve camalote el corazón
Jangadero, jangadero:
mi destino por el río es derivar
desde el fondo del obraje maderero,
con el anhelo del agua que se va.
Padre río, tus escamas de oro vivo
son la fiebre que me lleva más allá.
Voy detrás de tu horizonte fugitivo
y la sangre con el agua se me va
Banda, banda; sol y luna; cielo y agua:
espejismo que no acaba de pasar.
Piel de barro, fabulosa lampalagua:
me devora la pasión de navegar.
Música: Eduardo Falú
jueves, abril 30, 2009
Francisco García Bazán habla sobre Agamben
sábado, abril 25, 2009
Felicitaciones Cecilia Romana!!! Felicitaciones Diego Bentivegna!!
GENERO POESIA
2º Premio:Título:
”El libro de los celos”
Autor: CECILIA ROMANA GARCIA BAZAN
Jurados: Diana Bellessi, Mirta Rosenberg y Daniel Freidemberg.
GENERO ENSAYO
Menciones:
Título: ”El poder de la letra: literatura y domesticación en la Argentina”
Autor: Diego Bentivegna
Jurados: Mario Goloboff, Enrique Foffani y Angel Berlanga
martes, abril 21, 2009
Mesa de Traducción
en YouTube,
Bentivegna lee Tiziano Scarpa: http://www.youtube.com/watch?v=kUi4mNu0pP4
Beloc lee Safo: http://www.youtube.com/watch?v=BDIXOEGD7DU
Lerman lee: http://www.youtube.com/watch?v=YkE_qbOpuaQ&feature=related
viernes, abril 17, 2009
Diego Bentivegna. Mesa de Traducción de Poesía
Mesa de traducción de poesía
Participan:
Diego Bentivegna por sus traducciones de Mario Benedetti, Antonella Anedda y Tiziano Scarpa (incluidos en el libro Viaggio in Italia, 8 poetas italianos contemporáneos, actualmente en prensa Editorial Sigamos Enamoradas).
María Julia de Ruschi Crespo por su traducción de Milo de Angelis (Editorial Melusina).
Eric Shierloh por su traducción de los poemas de Herman Melville (Ediciones Bajo la luna).
Ezequiel Zaidenwerg (quien administra el blog de traducciones: www.zaidenwerg.blogspot.com) por sus traducciones inéditas de Ezra Pound, William Carlos Williams, James Laughlin, Sylvia Plath,
Elizabeth Bishop, W.B. Yeats, entre otros.
Julia Sarachu por su traducción del esloveno Simon Gregorcic.
Bárbara Beloc por su traducción de Safo para Ediciones Pato en la cara.
Todas las actividades son con entrada libre y gratuita.
Casa de la Lectura
Lavalleja 924
tel 5197 5476
Dirección General del Libro y Promoción de la Lectura
Subsecretaría de Patrimonio Cultural
Ministerio de Cultura
Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires