jueves, febrero 05, 2009

Hotel Quequén III. Próximamente

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HOTEL QUEQUÉN III
MOSAICO POÉTICO LATINOAMERICANO


Cecilia Romana






Alejandro Nicotra, Eduardo Mitre, Juan Manuel Roca, Rodrigo Soto, Sigfredo Ariel, Germán Carrasco, Edwin Madrid, Gisela López, Marco Antonio Campos, Danilo López, Susy Delgado, Miguel Angel Zapata, Vanessa Droz, Silvia Guerra.

Diego Bentivegna. Próximamente

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Viaggio in Italia.

Ocho poetas italianos contemporáneos.

Diego Bentivegna


Poetas que integran este libro:
Mario Benedetti, Massimo Bocchiola, Antonella Anedda, Fabio Scotto, Anna Lamberti-Bocchoni, Tiziano Scarpa, Florinda Fusco, Tiziano Fratus.

George Schehadé



A aquel que piensa y no habla

Un caballo lo arrastra hacia la Biblia




Un garrote no le causa temor

Pues el espíritu no lo ha abandonado



Aquel que sueña se mezcla con el aire




George Schehadé.

Osvaldo Bossi. Tres



Sublime es el reposo de quien
dejó caer el peso de un terrible deseo
sobre el más fuerte; ese
que tuerce el curso de los ríos
y hace del agua estancada una fuente
donde él se detendrá, se detendrá
una sola, una sola vez.


No sabe que te amo, que algo
la empuja a tu deidad, la hace salir
de sí y caer en tus brazos y volver
a salir y caer... Yo mismo la deseo.
Le doy un gran papel, un rostro
que la haría llorar. A mí me hace
llorar toda la noche.


de Ruego por el tornado. Tres. Osvaldo Bossi (sigamos enamoradas, 2006)

Osvaldo Bossi. Tres



Un hombre que ama a un hombre
que ama una mujer, está acorralado;
pende en lo alto como una hora
bella e inútil; se da a sí mismo
en un extravagante vacío, toca
el vacío con los dedos.

Osvaldo Bossi. Ruego por el tornado


El viento

Solamente escucho su voz:
unas pocas nubes graves
que se alejan o se acercan
y enseguida chocan contra el oído.
No las palabras que me dice, sino la base
de ese pequeño y atolondrado
instrumento de música.
Para comprobarlo, apoyo mis dedos
sobre sus labios
como si fueran las aspas de un ventilador
(con ese peligro) o algo más raro todavía:
como si me zambullera en el mar, en pleno julio,
y él estuviera esperándome en la orilla
(el mismo short azul, la misma sonrisa
filosa e indulgente...)

Otras veces, en cambio, subo
hasta la terraza o abro, como si fuera un asmático
(pero no soy un asmático) la ventanilla de los autos
y pienso, pienso
en la perpetua ondulación de los árboles
que refresca la noche y relampaguea.
Aunque parezca una superstición.
El desvarío de un muchacho que, con sólo asomarse,
cae en el pozo más profundo.


de RUEGO POR EL TORNADO. Osvaldo Bossi (sigamos enamoradas, 2006)