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Él dice:
-Todo lo que has visto en mí, nadie antes.
Pienso en la roca que cambiaba de color según el tiempo. Como un souvenir, cerca de la cama, pero completamente quieta, la roca, y esa imagen pavorosa del poeta anciano que camina entre rosales.
Al pie del prólogo anotó:
“Montpellier, 1999-Guadalajara, 2004”.
Cinco años hicieron falta para que todo esto saliera de él. Tres años más, para que llegara a mí.
Quién sabe qué me falta ver todavía y cuánto tiempo va a llevarme trasformarlo en algo interesante.
(Su temor frente al poeta que podría morir como Rilke por rozar una espina. Esa predisposición suya hacia lo umbrío).
Un poema que él tradujo y yo recién acabo de descubrir:
Eso
está cercano
pues
la sustancia en mí que alienta
es
la misma
que
la otra de las lejanías.
(Extraído de Araire. Una antología, poemas de André du Bouchet en versión de Jorge Esquinca, Aldus, México, 2005).