Un poema recogido de la versión de Urtecho y Cardenal.
TU AMOR
me recuerda el sentido
del humor de algunos
plomeros bromistas que
trastocan las perillas del
agua caliente y el agua fría
en los lavabos de los hoteles.
sábado, marzo 31, 2007
jueves, marzo 29, 2007
Segunda LAMPALAGUA del año
Poetas invitados
Jorge Esquinca (México)
Nicolás Peyceré (Argentina)
Jorge Esquinca (México)
Nació en la ciudad de México en 1957. Vive en Guadalajara, Jalisco desde 1968. Tiene publicados, entre otros, los siguientes libros de poesía: Alianza de los reinos (FCE, 1988), El cardo en la voz (Joaquín Mortiz, 1991), con el que obtuvo el Premio Nacional de Poesía Aguascalientes, Isla de las manos reunidas (Aldus, 1997). Paso de ciervo (FCE, 1998). Vena cava (Era, 2002). Uccello (Bonobos, 2005). Obtuvo el Premio Poesía Joven de México en 1982, el Premio de Poesía Aguascalientes 1990 y, con María Palomar, el Premio de Traducción de Poesía 1991. Fue becario de CONACULTA.
Nicolás Peyceré (Argentina)
Médico y escritor nacido en Buenos Aires, publicó ya en los años sesenta los primeros textos. Su obra editada comprende los libros de poesía Almotamid, Sísara y Juan y Poemas elegidos; las novelas El evangelio apócrifo de Hadattah, La explicación, Las muchachas sudamericanas y Los días sentimentales (estas dos últimas publicadas por Adriana Hidalgo editora) ; y un ensayo semántico filosófico, Additamenta. También escribió los artículos "La redundancia", "La novela de la mirada", "Encuentro" y "Las doce reinas", que aparecieron en revistas literarias y de psicoanálisis.
Jorge Esquinca (México)
Nicolás Peyceré (Argentina)
Jorge Esquinca (México)
Nació en la ciudad de México en 1957. Vive en Guadalajara, Jalisco desde 1968. Tiene publicados, entre otros, los siguientes libros de poesía: Alianza de los reinos (FCE, 1988), El cardo en la voz (Joaquín Mortiz, 1991), con el que obtuvo el Premio Nacional de Poesía Aguascalientes, Isla de las manos reunidas (Aldus, 1997). Paso de ciervo (FCE, 1998). Vena cava (Era, 2002). Uccello (Bonobos, 2005). Obtuvo el Premio Poesía Joven de México en 1982, el Premio de Poesía Aguascalientes 1990 y, con María Palomar, el Premio de Traducción de Poesía 1991. Fue becario de CONACULTA.
Nicolás Peyceré (Argentina)
Médico y escritor nacido en Buenos Aires, publicó ya en los años sesenta los primeros textos. Su obra editada comprende los libros de poesía Almotamid, Sísara y Juan y Poemas elegidos; las novelas El evangelio apócrifo de Hadattah, La explicación, Las muchachas sudamericanas y Los días sentimentales (estas dos últimas publicadas por Adriana Hidalgo editora) ; y un ensayo semántico filosófico, Additamenta. También escribió los artículos "La redundancia", "La novela de la mirada", "Encuentro" y "Las doce reinas", que aparecieron en revistas literarias y de psicoanálisis.
FABULOSA LAMPALAGUA II
Poetas invitados
Jorge Esquinca (México)
Nicolás Peyceré (Argentina)
Jorge Esquinca (México)
Nació en la ciudad de México en 1957. Vive en Guadalajara, Jalisco desde 1968. Tiene publicados, entre otros, los siguientes libros de poesía: Alianza de los reinos (FCE, 1988), El cardo en la voz (Joaquín Mortiz, 1991), con el que obtuvo el Premio Nacional de Poesía Aguascalientes, Isla de las manos reunidas (Aldus, 1997). Paso de ciervo (FCE, 1998). Vena cava (Era, 2002). Uccello (Bonobos, 2005). Obtuvo el Premio Poesía Joven de México en 1982, el Premio de Poesía Aguascalientes 1990 y, con María Palomar, el Premio de Traducción de Poesía 1991. Fue becario de CONACULTA.
Nicolás Peyceré (Argentina)
Nicolás Peyceré, médico y escritor nacido en Buenos Aires, publicó ya en los años sesenta los primeros textos. Su obra editada comprende los libros de poesía Almotamid, Sísara y Juan y Poemas elegidos; las novelas El evangelio apócrifo de Hadattah, La explicación, Las muchachas sudamericanas y Los días sentimentales (estas dos últimas publicadas por Adriana Hidalgo editora) ; y un ensayo semántico filosófico, Additamenta. También escribió los artículos "La redundancia", "La novela de la mirada", "Encuentro" y "Las doce reinas", que aparecieron en revistas literarias y de psicoanálisis.
Jorge Esquinca (México)
Nicolás Peyceré (Argentina)
Jorge Esquinca (México)
Nació en la ciudad de México en 1957. Vive en Guadalajara, Jalisco desde 1968. Tiene publicados, entre otros, los siguientes libros de poesía: Alianza de los reinos (FCE, 1988), El cardo en la voz (Joaquín Mortiz, 1991), con el que obtuvo el Premio Nacional de Poesía Aguascalientes, Isla de las manos reunidas (Aldus, 1997). Paso de ciervo (FCE, 1998). Vena cava (Era, 2002). Uccello (Bonobos, 2005). Obtuvo el Premio Poesía Joven de México en 1982, el Premio de Poesía Aguascalientes 1990 y, con María Palomar, el Premio de Traducción de Poesía 1991. Fue becario de CONACULTA.
Nicolás Peyceré (Argentina)
Nicolás Peyceré, médico y escritor nacido en Buenos Aires, publicó ya en los años sesenta los primeros textos. Su obra editada comprende los libros de poesía Almotamid, Sísara y Juan y Poemas elegidos; las novelas El evangelio apócrifo de Hadattah, La explicación, Las muchachas sudamericanas y Los días sentimentales (estas dos últimas publicadas por Adriana Hidalgo editora) ; y un ensayo semántico filosófico, Additamenta. También escribió los artículos "La redundancia", "La novela de la mirada", "Encuentro" y "Las doce reinas", que aparecieron en revistas literarias y de psicoanálisis.
miércoles, marzo 28, 2007
Si te metés con mis amigos, te metés conmigo.
De La voz del interior, jueves 22 de marzo de 2006.
Gustavo Pablos
De nuestra Redacción gpablos@lavozdelinterior.com.ar
Uno de los méritos del buen ensayista es la capacidad para detectar en los autores y las obras literarias, pero también en otras producciones artísticas y culturales, una serie de interrogantes, situaciones y tensiones que luego desarrollará y expandirá en una escritura personal pero fundamentada teóricamente. Estas intervenciones suelen encuadrarse en un campo más o menos libre, como el ensayo literario o el que se aloja en las cada vez más exiguas páginas del periodismo cultural, o también en aquel que impone una serie de protocolos académicos que en ocasiones dan un impulso original a la excursión y al texto final y en otras limitan sus posibilidades y su probable conexión con el lector. En ese conflicto que se genera entre los diversos planos, muchos autores no logran desprenderse del acartonamiento a que los somete un cierto uso de la metodología mientras que otros aprenden a manejarse con mayor flexibilidad y a desplegar una escritura que conjuga elegancia literaria y rigor teórico (y quizás en la capacidad para dirimir ese problema se encuentre la respuesta al futuro de la circulación de textos académicos). A Diego Bentivegna (periodista, crítico literario, docente e investigador) se lo puede situar con tranquilidad en el segundo grupo, ya que en Paisaje oblicuo armoniza el rigor de la teoría con la ductilidad de una prosa distendida que seguramente adquirió en el ejercicio y cruce de oficios diversos pero contiguos. Entre los trabajos que se encuentran en este libro, está la argumentación de algunos motivos comunes en Borges y Pasolini, o la reflexión a partir de ciertos postulados de Benjamin, y también un rodeo en torno de la escritura epistolar, el ensayo, etc. Un recorrido que pone el acento en las diferencias, las semejanzas, el diálogo y los modos en que los interrogantes que proponen –o se detectan en– las obras artísticas, se pueden reformular a partir de los nuevos aportes teóricos y metodológicos. En la totalidad se percibe el intento de descubrir otras zonas de pensamiento o de alumbrar con una luz original algunos debates heredados, en algunas ocasiones apropiándose con más rigor de las categorías teóricas y en otras dejándose llevar un poco más libremente, lo que permite entrever una doble actitud comentada por el mismo autor en un segmento del prólogo: "El instrumental teórico al que estos textos se confían quizás sea en algunas ocasiones demasiado rígido; en otras, demasiado precario. Confío en que esos dos rostros de la carencia configuren una condición propicia para atisbar, al menos por un instante, lugares inesperados". Bentivegna es Licenciado en Letras, realizó estudios de posgrado en Argentina e Italia, y se desempeña como docente en la UBA y la Universidad de Tandil. Paisaje oblicuo es uno de los primeros libros de la flamante editorial porteña Sigamos enamoradas, que promete nuevos y buenos títulos para el presente año.
martes, marzo 27, 2007
FELIZ CUMPLEAÑOS DR. FRANCISCO GARCÍA BAZÁN
Hoy, 27 de marzo, es el cumpleaños del Dr. García Bazán, filósofo, erudito, Investigador Superior del CONICET y padre de unas de las promesas más firmes de la poesía argentina ¡Que los cumplas muy pero muy feliz! Aquí, un fragmento del libro que publicó Lumen últimamente...
Efectivamente, varias décadas antes de la redacción de las Antigüedades judías, cuando Josefo habiendo dejado su cargo político de gobernador de Galilea en el que fuera nombrado por Agripa II y en desacuerdo asimismo con el caudillo galileo Juan de Giscala y sus «bandidos», reside ya en Roma desde el año 71 como legado intermediario entre judíos y romanos, entonces en la Guerra de los judíos publicada en el 75, y que se refiere a acontecimientos ocurridos en Jerusalén en el 62, en II, 650-651 y IV, 315 ss., escribe asimismo sobre el gran sacerdote Anán, pero en otros términos. Porque a diferencia de lo que ha escrito posteriormente y que hemos leído, el retrato que ofrece sobre él es altamente positivo, como la figura que corresponde a un dirigente moderado. Y del mismo modo, el personaje que se puede deducir como actor notable dentro de ese relato, es Santiago, que, en contraste con Anán, debe considerarse entre los líderes político-religiosos que no temen al enfrentamiento con Roma ni sus consecuencias.
domingo, marzo 25, 2007
Vanessa Droz (amiga y nacida en Puerto Rico)
Este poema de Vanessa pertenece a su libro Vicios de ángeles y otras pasiones privadas, editado en Puerto Rico en 1996. En la foto se la ve junto al poeta peruano Miguel Ángel Zapata.
EL OTRO HOMBRE
Este hombre tiene entre sus labios
mis labios más proclives al portento.
Los recorre de extremo a extremo,
paseando su hábil lengua por las ranuras de la suerte,
apartando, como a zarpazos de animal de fondo,
mis muslos para poder sorber mejor su destino.
Lo hace con una cautela bien estudiada,
con gala bien calculada de equilibrista,
pretendiendo que no se le note el alarde.
Y yo no siento nada.
Este otro hombre, que no conozco,
bestia acorralada que me mira
desde las rejas de la ausencia,
no hace más que mirarme.
Y tiemblo toda.
viernes, marzo 23, 2007
Un poema y unas fotos
Ayer fue el cumpleaños de mi hermano Fran y hubo una fiesta. Dándole el gusto a mi Verdadero Fan subo dos fotos en las que estoy con mis sobrinas Amparo, Lucía y Martina. Además un poema del libro inédito "Maipú", donde se ven reflejadas las noches de Lampalagua en la antigua casa de Dedé en Reconquista y Córdoba.
A LO SUMO, UNA RODAJA DE PAN
Claro que lo oímos: el cuento de los vitalistas,
y el horror al vacío de escritores como él,
acostumbrados a muslos fuertes, pero capaces de igualar
en pobreza al Milton de Paraíso perdido.
Ayer mismo lo hubiera consentido: que descorchara
otra botella –ángulo de cuarenta y cinco grados,
bajo la mesada símil mármol-, porque da lo mismo,
si de todas formas manosea con la vista
aquello que le está vedado tocar.
El adormecimiento tiene un eje común con la
lectura de poemas en público,
por eso invita,
aunque no sea su casa y no se trate de su vino,
por eso invita al desconocido delante de nuestras narices
a que se sirva otra copa.
Ayer, ayer, dice, en Colonia no se le negaba
a nadie
una rodaja de pan.
La anfitriona entorna los ojos. Ambas sabemos
lo que vendrá después: no vuelvas a traerlo, por favor, es un
positivista.
Y yo lo traigo una y otra vez. Lo traigo con su mirada de:
¿no hay nada más para mí?
Aunque todavía no soy yo quien se lo lleva de vuelta,
a las dos de la mañana, cansado, borracho.
Ahí sí,
sí que se corroboran
pautas en relación con los chimpancés
y sus modales.
jueves, marzo 22, 2007
Francisco López Merino (La Plata 1904-1928)
De viaje
Un niño, frente a mí, va mirando el paisaje;
sus ojillos descubren las flores campesinas
y como el tren se lanza por valles y colinas
este niño se llena de emoción en el viaje.
Silabea palabras que apenas oigo, asombra
esa mirada suya penetrante y tranquila,
se dijera que ansía que su clara pupila
aprisione los bellos pormenores que nombra.
Los demás, abstraídos, el paisaje olvidamos.
El pensamiento nuestro cesa de hilar, reposa...
Yo me he dicho ante el niño que admira el
cielo rosa:
él es el más poeta de los que aquí viajamos.
Un niño, frente a mí, va mirando el paisaje;
sus ojillos descubren las flores campesinas
y como el tren se lanza por valles y colinas
este niño se llena de emoción en el viaje.
Silabea palabras que apenas oigo, asombra
esa mirada suya penetrante y tranquila,
se dijera que ansía que su clara pupila
aprisione los bellos pormenores que nombra.
Los demás, abstraídos, el paisaje olvidamos.
El pensamiento nuestro cesa de hilar, reposa...
Yo me he dicho ante el niño que admira el
cielo rosa:
él es el más poeta de los que aquí viajamos.
martes, marzo 20, 2007
Edna Saint Vincent Millay (1892-1950)
Lamento
(traducido por J. C. Urtecho y E. Cardenal)
Escuchen, niños:
su padre ha muerto.
De sus sacos viejos
les haré chalecos,
les haré calzoncillos
de sus calzoncillos viejos;
habrá en sus bolsillos
cosas que allí ponía:
llaves y centavos
llenos de tabaco;
Dan tendrá los centavos
para su alcancía;
Ana tendrá las llaves
para hacer un sonido bonito.
Hay que seguir la vida
y olvidar a los muertos.
Ana, toma tu desayuno;
Dan, toma tu medicina.
Hay que seguir la vida.
No recuerdo por qué exactamente.
(traducido por J. C. Urtecho y E. Cardenal)
Escuchen, niños:
su padre ha muerto.
De sus sacos viejos
les haré chalecos,
les haré calzoncillos
de sus calzoncillos viejos;
habrá en sus bolsillos
cosas que allí ponía:
llaves y centavos
llenos de tabaco;
Dan tendrá los centavos
para su alcancía;
Ana tendrá las llaves
para hacer un sonido bonito.
Hay que seguir la vida
y olvidar a los muertos.
Ana, toma tu desayuno;
Dan, toma tu medicina.
Hay que seguir la vida.
No recuerdo por qué exactamente.
viernes, marzo 16, 2007
Mi Power Ranger
Me quedé pensando en una frase de la Marinita: “¡Éramos tan tontas en esa época!”. Se lo contaba a alguien, creo que a Silvia Dabul. Lo cierto es que hablaba de nuestro viaje a Los Ángeles cuando, de verdad, las dos éramos tan tontas que nos dejábamos arrastrar por cualquier tipo que midiera más de uno ochenta y ostentara una graduación superior al cuarto dan.
-Por ejemplo –dijo- Romana, que en ese entonces tenía el pelo largo y dedicaba los libros con un “confiá en Dios”. Lo tenía loco al Power Ranger Rojo, y la muy boba decía: “no puedo hacerle esto a mi novio”.
La más pura de las verdades. Y todavía me acuerdo que la final del torneo de medianos hizo que se encontraran justamente mi novio contra el Power Ranger Rojo, y que ganó mi novio, pero ¡cómo hubiéramos deseado ella y yo que ganara el otro!
Como a las dos de la mañana nos íbamos al sótano del hotel (sobre la calle Rampart) donde estaban las lavadoras y las máquinas para sacar latitas de gaseosa. Nos pasábamos horas hablando. El novio de la Marinita era feo, pero buena gente, o eso, por lo menos, le hacía creer a todo el mundo.
Qué tontas fuimos.
Digo, hasta que nos duró.
Después ella se rapó, se vistió de milico y con sus carnosos labios encendidos empezó su larga carrera de rompecorazones. Yo, Romana, tardé un poquito más, pero en cuanto pude, cambié la Antropología por el Teatro y mi novio profesor de educación física por un músico alto, precioso y con clase.
Ahí estamos. Me resulta sumamente extraño que jamás nos hayamos distanciado ella y yo. En lo que va de nuestra amistad, ambas cortamos dos trenzas idénticamente largas. Y todavía nos acordamos de lo bien que estaba el morocho canadiense que llegó a pelear al Microestadio de Lanús contra la selección de Galarraga y todavía nos reímos cuando hablamos sobre la noche en Sudaka y el pibe al que casi mata de un dolliop chagui porque me tocó la pierna y la mudanza a lo de mis papás con la blanquita Raffaella.
Y a veces creemos que la aburrimos a la Dedé, porque son muchos años de estupideces juntas, pero también es verdad que crecimos y que la mendocina, como quien no quiere la cosa, nos introdujo en la vitivinicultura para que seamos siempre tres, y no sólo dos las que se sienten fuera de todas las convenciones de la edad y de lo que tendría que ser normal para tres chicas como nosotras.
-Por ejemplo –dijo- Romana, que en ese entonces tenía el pelo largo y dedicaba los libros con un “confiá en Dios”. Lo tenía loco al Power Ranger Rojo, y la muy boba decía: “no puedo hacerle esto a mi novio”.
La más pura de las verdades. Y todavía me acuerdo que la final del torneo de medianos hizo que se encontraran justamente mi novio contra el Power Ranger Rojo, y que ganó mi novio, pero ¡cómo hubiéramos deseado ella y yo que ganara el otro!
Como a las dos de la mañana nos íbamos al sótano del hotel (sobre la calle Rampart) donde estaban las lavadoras y las máquinas para sacar latitas de gaseosa. Nos pasábamos horas hablando. El novio de la Marinita era feo, pero buena gente, o eso, por lo menos, le hacía creer a todo el mundo.
Qué tontas fuimos.
Digo, hasta que nos duró.
Después ella se rapó, se vistió de milico y con sus carnosos labios encendidos empezó su larga carrera de rompecorazones. Yo, Romana, tardé un poquito más, pero en cuanto pude, cambié la Antropología por el Teatro y mi novio profesor de educación física por un músico alto, precioso y con clase.
Ahí estamos. Me resulta sumamente extraño que jamás nos hayamos distanciado ella y yo. En lo que va de nuestra amistad, ambas cortamos dos trenzas idénticamente largas. Y todavía nos acordamos de lo bien que estaba el morocho canadiense que llegó a pelear al Microestadio de Lanús contra la selección de Galarraga y todavía nos reímos cuando hablamos sobre la noche en Sudaka y el pibe al que casi mata de un dolliop chagui porque me tocó la pierna y la mudanza a lo de mis papás con la blanquita Raffaella.
Y a veces creemos que la aburrimos a la Dedé, porque son muchos años de estupideces juntas, pero también es verdad que crecimos y que la mendocina, como quien no quiere la cosa, nos introdujo en la vitivinicultura para que seamos siempre tres, y no sólo dos las que se sienten fuera de todas las convenciones de la edad y de lo que tendría que ser normal para tres chicas como nosotras.
jueves, marzo 15, 2007
Próximo lanzamiento de SIGAMOS ENAMORADAS
Este es un poema del libro El cielo tácito de Ana Lafferranderie, que está próximo a aparecer en librerías por la editorial Sigamos Enamoradas. Es para que la vayan conociendo. Además: su foto.
Abandono
I
Llegó a la casa
como laurel. Ventiló el mediodía.
De cada rincón tomó su bramido
de cuna. Lo atizó
en los brazos. No pudo
cobijar tanto calor.
Desde la alfombra lo vi salir.
Mi lupa en su hombro. La casa
asolada.
En silencio solté un látigo enredado.
martes, marzo 13, 2007
Segunda tanda [hot para Mori] de fotos
¿Tranca yo? Acá la tenemos a María Negroni leyendo glamorosa, interesante y seria. Después, con Marinita y Dedé. El señor Gustavo Nielsen (sí, el mismo de las preguntas complicadas a la autora de "La anunciación"), con su novia Mori y con Romana. Marinita señalándote (a vos, para que vengas ya) y un grupo de muchachas sudamericanas (diría Nicolás Peyceré) ¿Conformes?
domingo, marzo 11, 2007
sábado, marzo 10, 2007
viernes, marzo 09, 2007
El amor a la poesía
Fabulosa Lampalagua
Poeta invitada
María Negroni
Sábado 10 de marzo, 21:00 hs.
Villate 1409 esquina Córdoba, Olivos.
(Frente a la quinta presidencial)
Extra…
Fiesta de cumpleaños múltiple
Marina, Osvaldo, Diego, Mori
Poeta invitada
María Negroni
Sábado 10 de marzo, 21:00 hs.
Villate 1409 esquina Córdoba, Olivos.
(Frente a la quinta presidencial)
Extra…
Fiesta de cumpleaños múltiple
Marina, Osvaldo, Diego, Mori
jueves, marzo 08, 2007
miércoles, marzo 07, 2007
lunes, marzo 05, 2007
¡Free salchichas! (la poesía y el cumpleaños unidos bajo el auspicio del alimento y la bebida...
Aquí el grupo fundador de lo que ocurrirá este sábado 10 de marzo en la nueva sede de SIGAMOS ENAMORADAS. Lectura de María Negroni y subsiguiente festejo de cumpleañeros piscianos: Marinita, Mori, Diego y Osvaldo -porque Caro se va a Mar del Plata-. La decisión final fue: salchichas libres para acompañar el vino tinto y los tragos preparados por nuestra bar tender Adita.
domingo, marzo 04, 2007
LAMPALAGUA I
Lee María Negroni
Cumpleaños de Marina, Diego y Osvaldo
Sábado 10 de marzo, frente a la Quinta de Olivos
Primer llamado poético del año
jueves, marzo 01, 2007
Keith Douglas
Este poeta británico murió en 1944, a los 24 años. Fue aristócrata y soldado.
ARISTÓCRATAS
"Creo que me estoy convirtiendo en un Dios".
El noble caballo con coraje en los ojos,
de buenos huesos, levanta la vista hacia el obús que estalla,
vuelan lejos las imágenes de la tierra natal,
pero él vuelve a ponerse la pipa en la boca.
A Peter lo mató, qué desgracia, un 88:
le arrebató las piernas y murió en la ambulancia.
Lo vi arrastrarse por la arena; decía:
¡Qué poca corrección, me han dejado sin patas!
¿Cómo puedo vivir entre esta casta bien nacida
de anticuados héroes y no echarme a llorar?
Casi son unicornios
porque se moldean en dos leyendas
que celebran su estupidez y su caballerosidad.
Cada uno de ellos, un tonto y un héroe, será un inmortal.
Las llanuras fueron su cancha de cricket
y en las montañas las vallas tremendas
hicieron caer a algunos de los jugadores. Aquí, pues,
bajo las piedras y la tierra se acomodan,
creo que con su legendaria despreocupación.
No es fuego de artillería lo que oigo, sino un cuerno de caza.
ARISTÓCRATAS
"Creo que me estoy convirtiendo en un Dios".
El noble caballo con coraje en los ojos,
de buenos huesos, levanta la vista hacia el obús que estalla,
vuelan lejos las imágenes de la tierra natal,
pero él vuelve a ponerse la pipa en la boca.
A Peter lo mató, qué desgracia, un 88:
le arrebató las piernas y murió en la ambulancia.
Lo vi arrastrarse por la arena; decía:
¡Qué poca corrección, me han dejado sin patas!
¿Cómo puedo vivir entre esta casta bien nacida
de anticuados héroes y no echarme a llorar?
Casi son unicornios
porque se moldean en dos leyendas
que celebran su estupidez y su caballerosidad.
Cada uno de ellos, un tonto y un héroe, será un inmortal.
Las llanuras fueron su cancha de cricket
y en las montañas las vallas tremendas
hicieron caer a algunos de los jugadores. Aquí, pues,
bajo las piedras y la tierra se acomodan,
creo que con su legendaria despreocupación.
No es fuego de artillería lo que oigo, sino un cuerno de caza.
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