Una tarde abrí un mail donde aparecía un fragmento de este poema de Robert Desnos. Por ese mismo medio conocí lo terrible de Pound cuando está en boca de un hombre vivo. Quizás no se entienda bien. Es preferible vivir de lo que suele pasar cuando uno duerme. Así en la tierra como en la cama.
Tanto soñé contigo que pierdes tu realidad.¿Todavía hay tiempo para alcanzar ese cuerpo vivo y besar sobre esa boca el nacimiento de la voz que quiero?
Tanto soñé contigo que mis brazos habituados a cruzarse sobre mi pecho cuando abrazan tu sombra, quizá ya no podrían adaptarse al contorno de tu cuerpo.
Y frente a la existencia real de aquello que me obsesiona y me gobierna desde hace días y años, seguramente me transformaré en sombra.
Oh balances sentimentales.
Tanto soñé contigo que seguramente ya no podré despertar. Duermo de pie, con mi cuerpo que se ofrece a todas las apariencias de la vida y del amor y tú, la única que cuenta ahora para mí, más difícil me resultará tocar tu frente y tus labios que los primeros labios y la primera frente que encuentre.
Tanto soñé contigo, tanto caminé, hablé, me tendí al lado de tu fantasma que ya no me resta sino ser fantasma entre los fantasmas, y cien veces más sombra que la sombra que siempre pasea alegremente por el cuadrante solar de tu vida.
7 comentarios:
un bálsamo para mi leer esto como a las 21 hs.
q bueno. me reconcilia con lo que no se.
Hola Roma, llamá. extraño. dónde estoy?
Te llamo. Sí.
Este poema es reconciliarse con enero.
Te extraño también.
ES linda la idea de dormir. Lo raro es que cuando uno duerme no escribe. Escriber es estar en duermevela, en vigilia, y creo que en eso Desnos llegò a un límite.
Gracias por el poema, dolce rosa novella.
Sólo un saludito, cómo las extraño...
No duermo, escribo, escribo y escribo.
Maravilloso, extraordinario. Amo esos persistentes fantasmas.
Porque amamos nos quedamos aquí...
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